Beata Haberilla de Mehrerau, virgen reclusa. 30 de enero.

Haberilla (Habrilia o Abrilia) vivió en el siglo VII, en Suiza. Fue una reclusa que vivió en una pequeña celda adosada a un monasterio en Mehrerau. En su época el monasterio era masculino y ella vivía bajo la obediencia del abad. Fue avanzada en la oración y sufrió muchos ataques del maligno, pero siempre los venció con la ayuda de Cristo, quien se le apareció muchas veces para consolarla. Su virtud atrajo a varias jóvenes que junto a ella aprendieron a orar, leer y a hacer labores. 

La beata murió sobre 660 y fue sepultada en la iglesia abacial, en el altar de Santa Catalina. Muchos milagros ocurrieron junto a su sepulcro, sobre todo relacionados con fiebres, dolores de cabeza, vértigos, ceguera. Los padres solían llevar a su sepulcro a los niños enfermos y retrasados, con la esperanza de hallar curación.

En el bajo medievo fue monasterio pasó a ser mixto y la figura de Haberilla fue iluminada con milagros y gracias místicas, dándole orígenes nobles y haciéndola casi abadesa y fundadora del monasterio. Lo que nos ha llegado de ella proviene de esta época.

Fuente:
-"Acta Sanctorum". Tomo I. Bélgica, 1643.

A 30 de enero además se celebra a
Beato Sebastián Valfré, presbítero.
Santa Martina de Roma, diaconisa mártir.