San Angilbert de St-Riquier, abad. 18 de febrero.

Fue cortesano de Pipino el Breve, y durante joven fue bastante frívolo y descuidado de las cosas de Dios. Le unía una gran amistad con el hijo del Pipino, San Carlomagno (28 de enero y 29 de diciembre, traslación de las reliquias), aunque tenían bastante diferencia de edad. Y tuvo otro tipo de "amistad" con Berta, hija de Pipino, fruto de la cual nacieron dos hijos ilegítimos.

Durante la campaña contra los nórdicos, Angelbert estuvo a punto de morir enfermo en medio de una terrible tormenta de nieve. Prometió a Dios que si le libraba, abandonaría el mundo para servirle en el claustro. Sanó por milagro y apenas regresó a su tierra, dejó sus cargos, bienes y vida licenciosa para tomar el hábito en la el monasterio benedictino de St-Riquier.

A los pocos años fue elegido abad del mismo recinto y durante su mandato, el monasterio alcanzó gran esplendor espiritual, cultural y económico: Pasó a ser una poderosa abadía, obtuvo terrenos, se construyó una nueva iglesia y una magnífica biblioteca. Hasta 300 monjes llegaron a morar en ella. Nunca abandonó su amistad con Carlomagno, le aconsejaba y le sirvió de legado varias veces. En el año 800 le acompañó a Roma a su coronación por manos del papa San León III (12 de junio). Y ambos pidieron a San Alkwin (19 de mayo) que escribiera la "vita" de San Riquier (26 de abril). Y además, casi juntos fallecieron, pues el emperador murió a 28 de enero de 814 y nuestro santo el 18 de febrero del mismo año.

A 18 de febrero además se celebra a Santa Constanza de Roma, virgen.