San Romano de Garona, presbítero ermitaño. 24 de noviembre.

Es San Gregorio de Tours (17 de noviembre), quien da noticias de Romano en su "La Gloria de los Confesores". Más que de su vida, lo hace sobre su culto:

Fue Romano discípulo de San Martín de Tours (11 de noviembre, sepultura; 4 de julio, ordenación episcopal; 5 de octubre, Iglesia Oriental; 12 de octubre, Iglesia bizantina; 12 de mayo, invención de las reliquias ; 1 y 13 de diciembre, traslaciones), el cual le ordenó presbítero y le envió junto al río Garona a predicar. Allí el santo construyó una ermita y se dedicó a la oración y penitencia, a la par que evangelizaba a los lugareños. Posteriormente se trasladó a Blaye, Burdeos, donde igualmente vivió como eremita y fue evangelizador de la zona, como igualmente hizo con San Florencio de Angers (22 de septiembre) y otros. La cercanía de la ermita con la desembocadura del río Garona hizo que muchos se encomendaran a sus oraciones en el momento de remontar río o salir al Cantábrico, y cuando estaban en peligro clamban: "Romano, siervo de Dios, sálvanos", aún en vida. En 385 falleció asistido por su querido padre Martín, que le enterró allí mismo en su ermita.

Como era de esperar, San Romano se convirtió en protector contra los naufragios, las tormentas, y por extensión, abogado de pescadores y marinos. Gregorio de Tours cuenta que él mismo puso experimentar la protección del santo cuando viajaba por el Garona y las inacabables lluvias desbordaron el río. Olas impresionantes estuvieron a punto de volcar su barca y hacerla encallar, cuando todos invocaron al santo, las lluvias cesaron y pudieron cruzar al otro lado.

En el siglo VIII, San Carlomagno (28 de enero y 29 de diciembre, traslación de las reliquias) mandó construir un monasterio junto a la ermita, que convirtió en bella iglesia. Durante las Guerras de Religión, los herejes destruyeron la iglesia y el monasterio, pero las reliquias se salvaron y fueron trasladadas a la iglesia de San Dionisio, cerca de París.
 

A 24 de noviembre además se celebra a
San Francisco Gil de Federich, dominico mártir.
Santas Flora y María, vírgenes mártires.