Santa Apronia de Toul, virgen. 15 de julio.

Apronia y su hermano San Epvre (15 y 17 de septiembre) vivieron allá en el siglo VI, y eran originarios de Troyes, de una noble familia. Cuando él fue nombrado obispo de Toul, ella le siguió y vivió entregada a la iglesia local. Recibió de su hermano el velo de las vírgenes. Luego de la muerte de Epvre, datada sobre 507, Apronia volvió a su ciudad natal donde vivió como reclusa, dedicada a orar por todos, a la penitencia y la caridad. Tuvo numerosos consuelos divinos, apariciones y gracias místicas. Y por medio de su palabra y oración Dios obró estupendos milagros.

Cuando murió, Troyes le rindió gran devoción y sus reliquias operaron muchísimos portentos. En el siglo X el obispo San Gerardo de Toul (23 de abril) dedicó una iglesia y abadía a San Epvre y solicitó a Troyes reliquias de la santa, para que fueran veneradas junto a su hermano. Los de Troyes dudaron, pero la petición era justa y dieron parte de las reliquias. En el siglo XIV un canónigo donó un bello busto gótico donde se pusieron dichas reliquias. En el siglo XVI la fiesta de Santa Apronia entró en el propio de Toul, donde se veneraron las reliquias de la santa sin incidentes hasta la Revolución Francesa, cuando fueron sacadas del busto y este robado. Algunos sacerdotes guardaron los huesos y luego del fin de la persecución los entregaron a varias iglesias locales para su veneración.

En el siglo XIX la memoria litúrgica pasó a 19 de diciembre, luego en el XX volvió a ser a 15 de julio, hasta que en 1955 fue suprimida en la reforma del calendario de varias diócesis.


A 15 de julio además se celebra al Beato Ignacio de Acevedo y compañeros mártires.