Santa Gliceria (o Glykeria), virgen y mártir. 13 y 26 de mayo. 

Este nombre significa "dulzura" o "la dulce". Nació en el siglo II, y era hija de un gobernador romano y, al quedar huérfana, entregó sus bienes a los pobres, haciéndose una más con ellos. Se fue a vivir a Trajanópolis en Tracia y durante una persecución a los cristianos, fue llevada al templo de Zeus a ofrecer sacrificios. En lugar de encender la lámpara, como era costumbre, Gliceria trazó la señal de la cruz sobre su frente, a lo que el gobernador le preguntó que era eso. Ella respondió: "Esta es mi luz". El gobernador enfureció y mandó a arrojarla a una prisión sin alimentos, para que muriese de hambre. Un ángel la visitó, dándole alimentos. Al pasar unos días, y pensando que ya habría muerto, el gobernador fue con Laodicio, el carcelero, a abrir la celda de Gliceria y la encontraron con buena salud y alegría.

San Laodicio (26 de mayo), al ver el milagro, confesó su fe en Cristo y fue decapitado. El gobernador mandó a arrojar a Gliceria a un horno ardiente, pero ella se mantuvo ilesa, cantando el cántico de los tres jóvenes de Babilonia, Santos Azarías, Ananías y Misael (16 de diciembre). Por último, fue arrojada a los leones, y siendo devorada por estos murió, mientras oraba, el 13 de mayo de 141. Durante mucho tiempo de su cuerpo fluyó mirra y muchos eran sanados al contacto con sus reliquias.