Santos Alejandro y Antonina de Cardaune, mártires. 3 de mayo.

Alejandro era un soldado del imperio y Antonina una virgen cristiana. Ambos vivían en Cardaune de Alejandría, pero no se conocían entre sí. En 313, en la persecución de Maximiano, Antonina fue apresada por cristiana y torturada. A Alejandro no le daba nada aquello hasta que se le apareció un ángel y le conminó a convertirse y a salvar de la cárcel a Antonina. Entró Alejandro a la prisión y le dio su capa, con la que ella salió disfrazada de la cárcel. A la mañana siguiente cuando la buscaron para ir ante el juez, descubrieron la trampa y Alejandro fue atormentado.

Sabiéndolo Antonina, regresó a la ciudad y se presentó también ante el juez para confesar a Cristo. Ambos fueron atormentados cortándole las manos, luego fueron azotados para aplicarles antorchas en las heridas. Finalmente, fueron enterrados vivos en una fosa de las murallas.