San Ansano de Siena, mártir. 1 de diciembre.

Fue Ansano natural de Roma, e hijo de Tranquillino, un patricio, imperando Diocleciano. A los 12 años se convirtió al cristianismo a escondidas de su padre. Fue instruido por el presbítero San Protasio (5 de diciembre) y en su bautismo su “madrina” fue la diaconisa Santa Máxima (2 de diciembre). Un tiempo después ambos fueron apresados y flagelados con látigos de plomo. Máxima falleció durante los azotes, pero Ansano sobrevivió y pudo escapar a Siena. Durante esta fuga se le acercó un joven ciego al cual restituyó la visión.

En Siena no ocultó su condición de cristiano, antes bien, todo lo contrario, se dedicó a predicar a Cristo, bautizando a muchos, lo que le valió el título de “El Bautista de Siena”. El prefecto Lisias mandó apresarlo y de nuevo fue sometido a interrogatorios y diversos tormentos, como ser sumergido en una tina de agua hirviendo o el fuego, que se extinguió apenas tocó su cuerpo. Finalmente fue decapitado en el año 303 a las afueras de la ciudad, junto al río Arbia. Es patrono de la ciudad de Siena, donde se conserva un oratorio dedicado a su memoria, levantado en el sitio del martirio. Posteriormente las reliquias serían trasladadas a la catedral.


Fuente:
-“La leyenda de oro para cada día del año. Vida de todos los Santos”. Volumen 3. Barcelona, 1853.