San Alto de Altomünster, ermitaño, fundador y abad.  5 de noviembre y 9 de febrero (traslación de las reliquias).

Hay divergencias en el origen de Alto, mientras que unos lo hacen inglés, otros lo traen desde Irlanda, pero el nombre tiene origen germánico. Fue monje benedictino en el siglo VIII que, luego de un tiempo como eremita, se dedicó a peregrinar por diversos santuarios.

Su "vita" la escribió el monje Otloh, del monasterio de San Emmeran de Ratisbona en 1060, y es el que dice que Alto era un monje escocés, compañero de San Virgilio de Salzbürg (27 de noviembre). Se instaló cerca de Ausburg, donde predicó el Evangelio y creó su mejor obra, el monasterio que lleva su nombre "Altomünster", o sea, "monasterio de Alto", en Baviera, y que además dio origen a la ciudad de igual nombre. Los orígenes del monasterio también rozan la leyenda o al menos, los deseos de hacerlo importante: Según esta, el terreno fue donado por Pipino el Breve y la iglesia habría sido consagrada por San Bonifacio (5 de junio). Otros milagros comunes son, pues el oso que se come al animal de carga y luego hace el trabajo, la escasez de agua y el santo abre una fuente con su báculo. Además, Otloh refiere que en la misa de inauguración, al elevar el cáliz y la hostia, esta se convirtió en un hermoso Niño, a los ojos de Alto; hecho que se ha convertido en su principal atributo. Es un milagro que suele leerse de otros santos, como San Hugo de Lincoln (17 de noviembre).

El monasterio vivió tiempos de esplendor en todos los sentidos: artístico, pastoral, económico, político, hasta que comenzó a relajarse y caer en picado. Según unas crónicas del mismo monasterio, en el año 1000, San Alto se apareció al Duque de Baviera, mandandole restaurar el monasterio. Actualmente lo ocupan monjas brigidinas, desde 1487. El culto a San Alto en un principio fue limitado a Altomünster, Weingarten (en estos sitios hay reliquias suyas) y Freising, luego se extendió a toda Baviera, celebrando su memoria el 9 de febrero, por la traslación de algunas reliquias a Freising. Al escribirse esta "vida", y darle orígenes extranjeros, pasó a figurar en los martirologios escocés e irlandés, donde se conmemora a 5 de noviembre.