San Crescencio de Roma, mártir. 14 de septiembre y 12 de octubre (traslación de las reliquias).

No es mucho lo que de este santo mártir sabemos, pero basta para tener un testimonio martirial de entrega radical a Jesucristo. Era Crescencio hijo de San Eutimio (29 de agosto). Apenas estalló la persecución de Diocleciano, como eran cristianos bautizados en secreto toda la familia huyó a Perugia, donde de todos modos el padre halló el martirio muy pronto, mientras que Crescencio y su madre (cuyo nombre no conocemos) fueron interrogados por el procónsul Turpio:

-"¡Así que tú, tu hijo, y tu marido, que está muerto, han seguido a Cristo!" – dijo a la madre.
- "Es cierto, los tres hemos sido bautizados" - respondió la mujer.
Turpius añadió: -"Apolo es un dios, confiésalo".
-"No", dijo Crescencio - "no es dios, es un demonio".
 

Entonces, Turpio mandó les golpeasen con varas para que renegaran de Cristo, y como no lo consiguió, ordenó les separasen en celdas diferentes. Viendo que no podía arrancarles una apostasía, decretó que la madre fuera decapitada inmediatamente, mientras que a Crescencio le mandó a Roma, para que fuese nuevamente juzgado. Tal vez pensando doblegarle. Pero nada, en Roma, luego de un interrogatorio en la Vía Salaria y una suerte de tormentos, fue igualmente decapitado por Cristo y enterrado en las catacumbas de Priscila. Las Actas parecen haber sido redactadas en Perugia, luego de la traslación del santo, el 12 de octubre de 1058, cuando sus reliquias fueron trasladadas a Siena por gracia del papa Esteban IX. A partir de ese momento su devoción fue en aumento en algunos sitios de Italia. Ya sabemos lo “contagiosas” que son estas traslaciones.

Pero, y no falta, en Tortosa de España se venera desde el siglo XVII otro San Crescencio (niño en este caso), donado por Urbano VIII del cual se dice que es este nuestro del 14 de septiembre.


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo X. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.