Nuestra Señora del Rosario. 7 de octubre.
 
Sobre el Rosario mucho se ha dicho, y es poco aún, siendo una oración tan importante en la vida de la Iglesia. Comúnmente, y con cierta simpleza, se dice que Nuestra Señora se le apareció a Santo Domingo de Guzmán (8 de agosto; 24 de mayo, traslación de las reliquias, y 15 de septiembre "santo Domingo in Soriano") y le dio el rosario, enseñándole como rezarlo. 
 
Pero la historia nos demuestra otra cosa: Brevemente, el origen del rosario está en la costumbre monacal de rezar los 150 salmos cada día; los monjes legos, que no sabían leer, o se aprendían los salmos de memoria, o los sustituían por 150 padrenuestros. Hay que notar que este orar repetitivo entronca perfectamente con la tradición judía de repetir palabras insistentemente (lo que hoy se llama "mantra", como si se hubiera inventado ahora), como haría el mismo Cristo en su vida. En el siglo IX encontramos en Irlanda la costumbre de hacer nudos en un cordel para contar, los Padrenuestros o las Ave María. Esta costumbre se uniría a la de ofrendar las coronas de flores o rosas a las imágenes marianas, tradición proveniente de cultos pre-cristianos. Así que es totalmente cierto decir que en el siglo X ya se conocía esta devoción, por más que se conformara con el tiempo. Eso en Occidente, porque en el cristianismo oriental, en el Islam o el Budismo, igualmente existe la costumbre de orar repetitivamente usando cuentas. 
 
Ciertamente, cuando Santo Domingo de Guzmán comienza su obra evangelizadora y apologética ante la herejía albigense, descubrió la importancia de la devoción mariana como elemento fortalecedor de la fe cristiana y lo aprovechó en su labor misionera con excelentes frutos. Esa necesidad devocional, sumada a la facilidad del rezo, incluso para los que no sabían leer, dieron como fruto que la Orden Dominica se lanzara de lleno a la propagación de esta devoción, a la que surgirían, con el tiempo, algunas parecidas, como la corona de Santa Brígida, el rosario de las Llagas de Cristo... etc., etc. Un hito importantísimo sería la división en "misterios" del Evangelio, hecha por el cartujo Egher de Kalgar. La primera meditación de pasajes evangélicos unidos al rosario es del benedictino inglés Dominique Hélion (he aquí el origen de la leyenda sobre santo Domingo y el rosario: en otro Domingo). Ambos aportes datan de inicios del siglo XV, cuando viene al mundo otro apóstol del rosario: el Beato Alain de la Roche (8 de septiembre).
 
Con él la devoción tuvo un nuevo empuje. Predicando, disciplinándose, organizando procesiones y devociones públicas, poco a poco el Beato Alain hizo del rosario la oración mariana predilecta del pueblo y de la Iglesia. su obra piadosa principal fue la fundación de la Cofradía del Rosario, llamada en origen "Cofradía del Salterio de Jesús y María", recogiendo el origen monástico del rosario, fundada en 1470 en Douai, y en apenas un año ya tenía 50.000 miembros. Fue este el origen de la "Hermandad del Rosario", establecida hasta hoy en casi todas las iglesias dominicas. La leyenda, que no falta, nos dice que la Virgen se le apareció muchas veces, alentándole a perseverar, y que le profetizó el nacimiento de la herejía luterana, siendo el Rosario un eficaz remedio contra dicho mal. También le mostró los males que atraería para toda la Iglesia el abandonar su rezo, que ella lo tenía como preferido por sobre todos. Apariciones marianas como Lourdes o Fátima corroborarían este amor de la Santísima Virgen al Santo Rosario.
 
Pero el definitivo impulso vendría en el siglo XVI, cuando en 1571 el papa San Pío V pediría a la cristiandad que rezara el rosario para alcanzar el triunfo contra los moros que asediaban Europa como nunca. En la batalla de Lepanto, el 7 de octubre de ese mismo año, las tropas cristianas, sin esperarlo ya, ganaron a los musulmanes. El papa estableció la memoria de Nuestra Señora de las Victorias, unida indisolublemente a la devoción del rosario. Además, y por el mismo motivo agregó a las Letanías Lauretanas el título de "Auxilium Christianorum". Fue Gregorio XVI quien cambió el nombre de la fiesta por Nuestra Señora del Rosario, aunque en muchos sitios tomó el nombre de "Nuestra Señora del Rosario y de las Victorias" (como en mi parroquia, según descubrí en una estampa antigua).
 
Otro momento decisivo fue el triunfo sobre los turcos en Viena el 12 de septiembre de 1683, fiesta del Dulce Nombre de María. Nuevo impulso, sin duda, le han dado a la devoción, las apariciones marianas, singularmente Lourdes, Fátima, Beaureaing y Banneaux, entre los siglos XIX y XX. Numerosas son las parroquias, congregaciones religiosas, cofradías, imágenes dedicadas a la Virgen del Rosario, que ha traspasado ampliamente las fronteras de la Orden Dominica. Todos los papas se han referido al rosario con hermosas palabras, lo han rezado y portado siempre, colmándolo de indulgencias. Igualmente todos los santos, desde el siglo XVI sobre todo, le han tenido gran afecto y ha sido su oración mariana predilecta.

A 7 de octubre además se celebra a:
San Marcos, papa.
Santos Sergio y Baco, soldados mártires
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San Martín Cid, abad