En Valladolid, con 29 concejales, aunque el PP fue el partido más votado y tiene 12 concejales, gobierna el Partido Socialista con 8 concejales, gracias al apoyo de los 4 de Toma la Palabra (Izquierda Unida) y, en ocasiones, la colaboración de los 3 de Sí Se Puede (Podemos).

Su alcalde, el socialista Óscar Puente, es cofrade en una cofradía de Semana Santa y participa en procesiones de forma asidua.

Eso no le ha impedido ahora sumarse, con sus concejales, a una moción laicista contra los símbolos religiosos.

Este lunes los 3 concejales de Podemos presentaron una moción para el «Impulso de la Libertad de Conciencia y el Carácter Laico del Ayuntamiento», y los concejales socialistas y postcomunistas de Toma la Palabra la aprobaron.

Entre las medidas que exige esta moción se lee:

- que en los espacios de titularidad municipal «no exista simbología religiosa , salvo aquella que signifique un bien patrimonial e histórico especialmente contrastado, que será convenientemente protegido y conservado o cuando forme parte de los elementos estructurales o artísticos de la edificación»

- que se elabore un protocolo para la organización de actos «in memoriam» de carácter civil promovidos por las autoridades públicas en casos de defunciones en catástrofes, atentados, etc...

- que las tomas de posesión o promesas de cargo se hagan únicamente ante un ejemplar de la Constitución

- que se reclame la titularidad de las propiedades inmatriculadas de las instituciones religiosas que «pudieran ser consideradas patrimonio de la ciudad», a partir del censo que está elaborando el Ministerio de Justicia (esto forma parte de una campaña promovida por un diputado socialista, activista gay y laicista, como explicamos aquí).

Como se ve en esta foto, el Ayuntamiento de Valladolid cuenta con un gran Cristo en la pared... ¿se le considerará suficientemente histórico o se le ocultará?

El portavoz del grupo socialista, Pedro Herrero, llamó a estas medidas de laicismo militante "sana laicidad"... una expresión que el Papa Benedicto XVI ha usado mucho pero dándole un significado muy distinto. Herrero parecía enmarcar cualquier otra opción como «injerencia de la intervención de la Iglesia en la vida pública».

Desde el PP, Jesús Enríquez denunció que se trata de una moción «liberticida» y recordó que el pasado sábado el alcalde socialista «recorría las calles bajo palio, quitando protagonismo hasta a la Patrona y hoy vota a favor de robarle los bienes a la Iglesia y de condenar a la reclusión la práctica religiosa».

La Asociación Española de Abogados Cristianos (www.abogadoscristianos.es) ha afirmado que recurrirá la moción por «poner en peligro la libertad religiosa». Además, ha lanzado una campaña online contra la citada iniciativa laicista que en sólo 72 horas ha recabado 11.000 firmas. Valladolid tiene unos 300.000 habitantes.

A los políticos no les falta trabajo real para ayudar de verdad a los vallisoletanos. Cáritas atendió en la diócesis a 9.000 personas en 2017, y benefició a casi 19.000 en sus distintas acciones, según su informe anual diocesano. He ahí un campo de trabajo más provechoso para los concejales.