Fue al recibir a los obispos de Italia, a los que pidió hacer un “cuidadoso discernimiento” de los postulantes y evitar el ingreso al seminario ante la más mínima duda. Una posición que no es nueva, puesto que está en línea con un documento de la Congregación para el Clero, explica Forum Libertas.
  
“Ante la duda, mejor de que no entren”. Con los obispos de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) reunidos en el Vaticano, el Papa Francisco atendió una delicada cuestión, como la admisión de jóvenes homosexuales en los seminarios. Jorge Bergoglio dio su opinión sobre el asunto, haciendo hincapié en el hecho de que se debe tener “cuidado con las admisiones a los seminarios, los ojos abiertos”. Dicha frase ya apareció en una audiencia pasada de la Congregación para el Clero.
 
Francisco habló de la disminución de las vocaciones, una de sus “tres preocupaciones” para la Iglesia italiana; sin embargo, fue más directo e invitó a los obispos enfocarse en la calidad de los futuros sacerdotes, más que en la cantidad, y mencionó explícitamente los casos de personas homosexuales que desean, por diversas razones, ingresar al seminario.
 
Luego invitó a los obispos de la Conferencia Episcopal de Italia (CEI) a un “cuidadoso discernimiento”, y agregó: “Si tienen la más mínima duda, es mejor no dejarlos entrar”.
 
Expresando su profunda preocupación, el Papa advirtió que estas tendencias, cuando están “profundamente arraigados” y llevan a “la práctica de actos homosexuales” pueden poner en peligro la vida del seminario, así como la de el mismo niño y su posible futuro sacerdocio. Y pueden generar esos “escándalos” que “desfiguran el rostro de la Iglesia”.
 
Este mensaje del Papa se asocia a su preocupación por los problemas que se produjeron en seminarios donde obispos y superiores religiosos confiaron la dirección a “sacerdotes sospechosos de practicar la homosexualidad.”
 
Lo expresado por Francisco va en línea con el documento Ratio Fundamentalis, publicado en diciembre de 2016 por la Congregación para el Clero. Es un espeso documento, titulado “El don de la vocación sacerdotal”, con la que el dicasterio ha actualizado las normas y costumbres para acceder al seminario, brindando sugerencias prácticas sobre salud, nutrición, actividad motriz y descanso.
 
En el párrafo 199 se lee: “En lo que respecta a las personas con tendencias homosexuales que acuden a los seminarios, o descubren en el transcurso de la formación esta situación, de acuerdo con su magisterio, la Iglesia establece que, mientras respeta profundamente a las personas en cuestión, aquellos que practican la homosexualidad no pueden ser admitidos al seminario y a las órdenes sagradas, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o apoyan la llamada cultura gay”.