En la rueda de prensa posterior a la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, el secretario general, José María Gil Tamayo, ha expresado una de las grandes preocupaciones actuales de los obispos, que se han reunido durante estos días: la ideología de género y el proyecto de ley LGTB que ya está en el Congreso de los Diputados.

El portavoz de los obispos ha asegurado que este proyecto de ley tiene “visos inquisitoriales” que la convierten en una normativa “fundamentalista” pues “pretende excluir otras visiones acerca del ser humano”.

De este modo, según recoge la agencia Servimedia, la Ley Contra la Discriminación por Orientación Sexual, Identidad o Expresión de Género y Características Sexuales, y de Igualdad Social del colectivo LGTB -ya en trámite en el Congreso de los Diputados y conocida como Ley de Igualdad LGTB- sigue siendo una batalla para los obispos, que acusan a sus impulsores de promover la "ideología de género".

El texto, impulsado por la Federación Estatal LGTB (Felgtb) y registrado por el Grupo Parlamentario de Unidos Podemos, fue admitido a trámite en el mes de septiembre y recoge algunos aspectos como la necesidad de visibilizar en los libros escolares los distintos tipos de familia, incluyendo las parejas homosexuales o las familias monoparentales.




"Pretende excluir otras visiones acerca del ser humano" y llevará a la "destrucción de libros que vayan contra la ideología de género"
, manifestó Gil Tamayo en una rueda de prensa convocada para dar cuenta de los asuntos tratados en la Asamblea Plenaria de los obispos españoles, celebrada la semana pasada y donde este asunto ocupó un lugar capital.

Otro de los puntos de esta ley que preocupa al clero es la Agencia Estatal que pretende crear la Felgtb en el marco de esta ley, un organismo "consultivo" e "independiente" -según el propio texto legislativo- que elaborará informes y que podría incoar "de oficio" la "inspección, instrucción, resolución y ejecución de los expedientes sancionadores dimanantes de las infracciones" de esta ley.

De ahí los "vistos inquisitoriales" de los que, según la Conferencia Episcopal, peca esta ley, por lo que instan a las fuerzas políticas "a oponerse" cuando se vote, aunque ahora deberá someterse a un proceso de enmiendas que, previsiblemente, alterarán el contenido legislativo, después de que PP y Ciudadanos ya hayan manifestado su intención de enmendarla.