El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, sigue con su enfrentamiento frontal contra la Iglesia Católica después de que los obispos hayan denunciado la extrema violencia y los crímenes que se están perpetrando bajo su amparo en la llamada “guerra contra la droga”.

Además de sus insultos constantes a la Iglesia, Duterte ha aprobado una ley que pretende molestar y perjudicar a los católicos. Según informa la agencia AFP, el pasado viernes entró en vigor una ley destinada a eliminar las distracciones de los conductores y así evitar accidentes. Para ello, se prohibirá hablar por el teléfono móvil mientras se conduce, maquillarse en el coche o comer.

Sin embargo, la polémica ha saltado ya que en esta normativa también se impide colocar en el retrovisor rosarios o motivos religiosos, alegando cuestiones de seguridad.


Este hecho ha levantado una gran polémica en el país y la queja de la comunidad católica, que representa a más del 80% de la población filipina. Sobre la nueva ley, el secretario de relaciones públicas de la Conferencia Episcopal, Jerome Secillano, ha afirmado que “esta es una reacción exagerada, insensible y carece de sentido común”.

De este modo, afirmaba que miles de conductores se sienten más seguros con estas imágenes religiosas porque les dan un sentido de protección e intervención divina.

“Estoy de acuerdo con la prohibición del uso de teléfonos mientras se conduce, pero absolutamente no viene al caso el prohibir la visualización de pequeñas imágenes religiosas en los coches”, dijo.