La Junta de Andalucía ha publicado un nuevo plan de Igualdad de Género en Educación, en el que se considera "preceptivo" (es decir, obligatorio") el llamado "uso no sexista" del lenguaje, en la práctica, un idioma nuevo, artificial y a medio diseñar que emana de despachos de activistas. 

Según las nuevas instrucciones del Plan de Igualdad de Género, decir "niños" o "niñas" es sexista. En cambio, decir "alumnado", no es sexista. No se puede hablar de profesores o profesoras, sino de "profesorado". No hay "becarios" ni "becarias", sino "personas becadas".

Aunque ya la Real Academia, que es quien sabe de lengua española, en 2012 publicó un documento condenando este tipo de absurdos y recordando que en español el masculino se usa de forma genérica y sin ninguna connotación negativa para incluir ambos géneros, a las autoridades políticas, inmersas en la ideología de género, lo que digan los lingüistas les importa poco. La ideología va primero.




No es un invento moderno de la Andalucía de 2016: desde que Zapatero implantó su Ley de Igualdad de 2007, universidades, sindicatos e instituciones de lo más variado han publicado guías y recomendaciones contra el "lenguaje sexista" (es decir, el español normal y corriente).

Y el absurdo no afecta solo al castellano, sino también a las otras lenguas españolas. Un caso especial se dio en Cataluña cuando el Ayuntamiento convocó en catalán a un "donanatge" en vez de un "homenatge" (algo así como un "mujeraje" en vez de un "homenaje") porque "homenaje" proviene de una palabra que incluye el concepto "home" (hombre). Cuando periodistas y lingüistas se rieron, los funcionarios de género en el Ayuntamiento se reafirmaron en su opción militante.


La novedad ahora está en que, según Diario Sur, el nuevo plan en Andalucía ya habla en términos de obligatoriedad y pide a los inspectores escolares que vigilen su cumplimiento. Se trata, dice el diario citando al plan, de «impulsar y favorecer la práctica escolar inclusiva y equitativa, mediante la utilización de un lenguaje no sexista en sus expresiones visuales, orales, escritas y en entornos digitales».

«Es preceptivo el uso no sexista del lenguaje y no podemos actuar con permisividad a su cumplimiento», desvelaron fuentes de la Consejería de Educación. Tras una primera fase de "información" a profesores y alumnos (es decir, adoctrinamiento en la nueva jerga política), se pasará a la «denuncia de los incumplimientos».

«Los inspectores deben corregir, no penalizar, y a los profesores se les debe dotar de medios para poder trabajar de una manera transversal, sin que afecte a la libertad de cátedra o contenidos curriculares», explicó al diario Sur Andrés Alcázar, del sindicato CSIF.


Viñeta que usan las feministas de género para ilustrar
los "errores" del español normal que hablan más de 300
millones de personas cada día... pero en la vida real, no se conoce ningún caso de niña que se quedara sin recreo por esta causa; durante siglos, todos los
hispanohablantes han entendido sin problemas lo que se decía



La ideología de género e sigual en Andalucía que en la otra punta de España, como puede ser en Galicia. La prensa gallega recoge declaraciones de una importante dirigente feminista de La Coruña, donde tienen su propia guía universitaria.

«La guía de lenguaje no sexista de la Universidade da Coruña no tiene un carácter prescriptivo, pero cumplirla es una exigencia de tipo moral», explica Rosa Cobo Bedía, directora del "Centro de Estudos de Xénero e Feministas de la UDC" y del "Máster de Xénero e Políticas de Igualdade".

Para esta activista, hay que adoctrinar a los profesores de primaria, secundaria y universidad en la ideología que dice que "una causa de la desigualdad de género es el lenguaje". Por eso pide que para este adoctrinamiento sea "obligatoria la formación en igualdad y que esta formación tiene que estar recogida en los currículos escolares y educativos".