"Esta película da voz a los supervivientes y este Oscar amplifica esa voz, que esperamos se convierta en un coro que resuene en el Vaticano. Papa Francisco: es hora de proteger a los niños y restaurar la fe": con estas palabras recibió Michael Sugar, uno de los productores de Spotlight, el Oscar a la mejor película en la gala celebrada este domingo por la noche (hora local) en el Dolby Theatre de Hollywood.

El galardón estaba "cantado" para un film dirigido por Tom McCarthy y que recoge las investigaciones del Boston Globe en 2002 que condujeron al descubrimiento de decenas de casos de pederastia en la diócesis y su encubrimiento por el cardenal Bernard Law. Entre los intérpretes, un Michael Keaton que creció como católico y se ha mostrado en más de una ocasión orgulloso de sus orígenes, y un Mark Ruffalo que, sin embargo, horas antes de la gala hacía "campaña" para la película uniéndose a una protesta contra la Iglesia a las puertas de la catedral de Los Ángeles.

El film logró también el Oscar al mejor guión original, cuya estatuilla recogieron Josh Singer, quien se limitó a agradecimientos personales, y el mismo McCarthy, quien a esos agradecimientos unió un elogio al coraje de las víctimas y el deseo de que "esto no vuelva a suceder".


Michael Keaton dirige en la película la investigación, uno de cuyos reporteros es Mark Ruffalo.

La esperada alusión crítica a la Iglesia se matizó así con es "restaurar la fe" de Sugar que, al menos, diferencia los campos entre la fe y el mal causado por sus malos servidores. De hecho, las medidas introducidas ya por Juan Pablo II y su renovación, ampliación y aplicación estricta por parte de Benedicto XVI y Francisco, son extremadamente severas en una política de "tolerancia cero", sanción canónica y denuncia a las autoridades civiles.

En cuanto a Spotlight, "lejos de caer en el morbo y en la manipulación emocional, la película tiene un tono equilibrado y se centra en la intriga periodística", señala el crítico de cine Juan Orellana en Alfa y Omega: "Ciertamente se trata de una historia dolorosa, brillantemente contada, que pone al cardenal Law y a la Iglesia católica en el punto de mira. A pesar de lo terrible e injustificable de los hechos que llevaron al cardenal a renunciar a su cargo, y del indiscutible valor de la película, sería un error concluir que la pederastia es un fenómeno típico de la Iglesia católica cuando desgraciadamente es un hecho que afecta a la sociedad en general de manera alarmante. En ese sentido la película sería aun más ponderada si se abriera más al contexto cultural global en el que eso sucede y se mencionara el pansexualismo, y no el celibato, como uno de los factores que deben ser considerados al analizar el problema".

Pincha aquí para leer las consideraciones en torno a Spotlight del sacerdote Carlos F. Hernández-Sánchez, bloguero de ReL.