Durante la concentración se han alternado las peticiones y protestas ciudadanas con los momentos de oración.
Los organizadores con megáfono declararon que “esta exposición es una provocación y ya hemos dicho que si querían reacción la van a tener. Pero una reacción ‘a lo cristiano’. Sin violencia, pero con firmeza”.
Aspecto de la manifestación ante el Ayuntamiento de Pamplona la tarde del jueves 26 de noviembre
La manifestación insistió en pedir al alcalde Joseba Asirón, de EH Bildu, “respeto” y el cierre inmediato de la exposición con la que “se ha ofendido gratuitamente a muchos miles de navarros”.
En la exposición ya no están las hostias -un ciudadano anónimo se las llevó y las entregó en una iglesia- pero sí se mantienen fotografías de montajes realizados con las hostias secuestradas.
Ante las declaraciones victimistas del "artista" blasfemo, Abel Azcona, que dice sentirse amenazado, los manifestantes aseguraron: “Por nosotros no debe tener ningún miedo. Rezamos por su conversión”.
También se pidió orar por los gobernantes de Pamplona y de Navarra (en la actualidad una alianza de extrema izquierda, independentistas abertzales y nacionalistas vascos).
Se oró también por las víctimas de la pederastia y los abusos sexuales, y de manera especial también se les pidió perdón, ya que uno de los temas de la exposición aludía a estos abusos, y los manifestantes querían mostrar como combatir ese mal desde la oración, sin necesidad de espectáculos ofensivos.
La concentración finalizó con una una invocación "a nuestros santos patronos que para eso están, para pedirles que intercedan por Navarra y sus familias: ¡Viva San Miguel!, ¡Gora Mikel Aingerua!, ¡Viva San Saturnino!, ¡Viva San Fermín!, ¡Viva San Francisco Javier!. Están todos de nuestra parte, no os quepa duda. ¡Viva siempre Navarra! ¡Aurrerá!"