El prelado encarcelado rompe el silencio. Había un vínculo personal muy estrecho entre los dos arrestados en el escándalo por la nueva fuga de documentos. Ahora, en cambio, sus estrategias defensivas se alejan y contraponen.

Francesca Chaouqui colaboró y fue puesta en libertad, porque está embarazada y su condición es incompatible con la detención. Lucio Vallejo Balda todavía se encuentra en una celda y, "con espíritu colaborador", comenzó a responder a las preguntas del magistrado vaticano. Al monseñor cercano al Opus Dei se imputan mayores responsabilidades en la grabación de las conversaciones del Papa en las reuniones de la comisión pontificia sobre las finanzas (COSEA) y la cesión de los documentos a los periodistas Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi. Su protegida habría sido el enlace con los autores de los libros en los que fueron publicados los documentos reservados vaticanos.

Ambos investigados se contradicen.

Chaouqui ha negado cualquier responsabilidad, e indicó nombres y circunstancias minimizando su papel en la COSEA. Dijo, además, que no conocía las intenciones de Vallejo Balda. Detenido, en cambio, el prelado sintió que el suelo se desvanecía bajo sus pies, se sintió abandonado y decidió hablar con el ministerio público vaticano.

La estrategia de Chaouqui, explican en la Curia, es la de involucrar al mayor número posible de curiales para disminuir su propia responsabilidad en los casos sobre los que está indagando la justicia vaticana, que ha reunido pruebas suficientes como para llegar a una condena en el tribunal para ambos investigados.

Los empleados laicos, sobre todo de la prefectura de
asuntos económicos, siguen declarando en la Gendarmería para reconstruir todo lo relacionado con los dos asesores arrestados. Con respecto a 2012, esta vez la Santa Sede quiere proceder mediante rogatorias incluso contra los autores de los libros.


Francesca con su esposo, Corrado Lanino, también bajo investigación.

Después de haber sido puesta en libertad por el Vaticano, Francesca Chaouqui también debe afrontar una investigación de la magistratura italiana. Un caso abierto en Terni que será enviado a la procuraduría de Roma por competencia territorial. Extorsión e intrusión informática son los delitos que podrían atribuirse a Chaouqui y a su esposo Corrado Lanino.

Publicado en Vatican Insider.