[Ante las crecientes reacciones contra la imposición sectaria de la ideología de género -sobre todo en la escuela-, sus impulsores intentan negar que existe, y además amenazan con perseguir a quienes afirmen que existe. Recientemente la ministra de Educación italiana y algunos de los principales periódicos del país transalpino se pusieron sospechosamente de acuerdo en ese punto. Publicamos la respuesta de Mario Adinolfi desde las páginas de Tempi.]

La escuela italiana ha vuelto a abrir sus puertas con la amenaza de "denuncias" por parte de una ministra severa contra quienes difunden el "fraude del género". Felicidades. Un régimen autoritario no lo habría hecho mejor.

Efectivamente, lo que une a la ministra Stefania Giannini con los líderes de la comunidad LGBT y los grandes periódicos nacionales es la negación de la evidencia. Dicen que "la ideología de género no existe". De hecho, para Giannini es un "fraude cultural". Y los que la difunden merecen ser perseguidos, incluso por vía judicial. Para Repubblica "la teoría de género es un fantasma que se pasea por Italia". Para el Corriere della Sera "es solo una invención retórica, un ídolo polémico lleno de nada". Etcétera.


Stefania Giannini se hace la despistada ante la realidad: la ideología de género que ella misma implanta en las escuelas... no existe.

Con los distintos megáfonos de la televisión, los periódicos y las redes militantes, todos se alinean según las directrices de la ministro "antifraude". La causa negacionista lanzada por los grupos LGBT parece haber encontrado un parapeto institucional. Tomamos nota.

¿Se está acercando peligrosamente la ministra de Educación a la acusación formulada por Aurelio Mancuso, uno de los históricos exponentes de Arcigay, según el cual "la ideología de género es un invento del Vaticano"?


Aurelio Mancuso, activista gay italiano ex presidente de la asociación Arcigay, opina que la ideología de género es una invención de la Iglesia.

Efectivamente, según el Papa Francisco "la teoría de género es una equivocación de la mente humana" que planta sus raíces en una "colonización ideológica" que ha asumido la forma del lavado del cerebro reservado "a las juventudes hitlerianas". Es verdad, nosotros tendemos a creer más al Papa que a Mancuso. En lo que respecto al "fraude cultural", ¿también Bergoglio estaría hablando de "fraude", señora ministra? Veamos.

Quienes dicen que la ideología de género es una invención de los católicos, a continuación tienen que admitir la existencia (no podrían no hacerlo) de los "estudios de género": elaboraciones y textos que en ámbito académico empezaron a afirmar a partir de los años sesenta, con el objetivo principal de la emancipación y liberación de la mujer, la indiferencia sexual entre lo masculino y lo femenino. A partir de los años ochenta los "estudios de género" evolucionaron en “gay, lesbian, transgender, queer and intersexual studies”, con el fin de seguir acompañando fenómenos de emancipación y liberación sexual y social de las categorías indicadas.


Podríamos prolongarnos mucho sobre estos estudios académicos puramente ideológicos y absolutamente a-científicos; bastaría volver a proponer el documental La paradoja noruega para explicar hasta qué punto esta ideología está fundada sobre bases médicas y científicas nulas, pero esto nos desviaría de la cuestión principal. Hoy, aquí, queremos responder a una simple pregunta: ¿qué es lo que afirma la ideología de género? Los "mandamientos" de esta ideología son cinco y vinculados entre ellos.


El objetivo originario de los "estudios de género" de los años sesenta era afirmar la absoluta igualdad entre el hombre y la mujer con el fin de que la mujer se liberara y emancipara de la "discriminación". Negar la distinción masculino-femenino, considerar "un estereotipo" el que existan, por ejemplo, trabajos típicamente masculinos y otros típicamente femeninos, negar la especificidad del papel materno respecto al paterno, son los elementos fundamentales de la ideología que afirma que el hombre y la mujer son intercambiables en cada función, que han sido sólo un convencionalismo social y una opresión de tipo histórico-cultural los que han encerrado a la mujer en algunos papeles concretos, en especial en el ámbito familiar, por lo que es necesario liberarla.


La ideología de género ve el sexo biológico como un dato originario que se puede modificar, como algo transitorio y "líquido" que se puede doblegar según la elección del "género" al que se quiere pertenecer y que puede realizarse a cualquier edad partiendo de los datos de comportamiento. Los ideólogos del género impulsan, por consiguiente, el transexualismo como prueba de libertad y emancipación del individuo y sostienen que la definición del ser humano también a nivel burocrático no debe limitarse a las dos sexualidades biológicas universalmente reconocidas (masculino y femenino), sino que debe adecuarse a infinitos y fantasiosos matices de género, llegando a contar hasta 56. Las redes sociales como Facebook se han sometido a este diktat ideológico, mientras que algunas legislaciones nacionales han reconocido, además del género masculino y femenino, también un irreal género “neutro”.


Según la ideología de género, la familia natural formada por padre, madre e hijos es sólo un estereotipo cultural basado en la opresiva acción del varón sobre la mujer, roto ya por la liberación sexual de la mujer, a su vez acompañada por el fin de la "dictadura del varón", también él liberado en una sexualidad líquida que genera 56 géneros distintos. Por consiguiente, roto el esquema masculino-femenino, rota está también la idea estereotipada de la familia. Por consiguiente, los ideólogos del género obligan a utilizar el plural: ya no existe la familia, sino "las familias"; con ello se refieren a cualquier agregación social fundada sobre un "amor" genérico que incluye, obviamente, también las relaciones con más parejas como los "poliamores". Esto hace que emerjan una serie de reivindicaciones políticas y sociales que van desde el denominado "matrimonio igualitario", más conocido como matrimonio gay, hasta el reconocimiento, como hemos dicho, de las relaciones con más parejas llamadas "poliamores", vistas por algunos intelectuales como Jacques Attali como el inevitable desembarco de la sociedad de la desintermediación.


Si la familia natural es un estereotipo, el culmen de la ideología de genero es inevitablemente la "desexualización" de la "progenitorialidad". Por consiguiente, los hijos ya no nacen de la relación sexual entre un hombre y una mujer, sino que pueden ser generados artificialmente por cualquiera agregación social, lo que lleva a impulsar la fecundación asistida homóloga y sobre todo heteróloga: de hecho, la ley que la regula, a medida que se la va privando de vínculos, es cada vez más el emblema de la liberación. Se apoyan prácticas objetivamente violentas y brutales, como el vientre de alquiler, utilizando sin embargo fórmulas lingüísticas edulcoradas y si es posible con forma de incomprensibles acrónimos como GPA (gestation pour autrui, gestación por otro) o GDS (gestazione di sostegno, gestación de apoyo), necesarias sobre todo para los homosexuales, notoriamente desprovistos de útero. La finalidad de la "desexualización" de la "progenitorialidad", culmen de la ideología de género, tiene como consecuencia la idealización de la homosexualidad, propuesta como modelo de liberación de condiciones sociales opresivas y, en el pasado, claramente vejatorias.


El instrumento con el que se quiere realizar la "colonización ideológica" denunciada por el Papa Francisco es la conquista de los lugares de educación y comunicación, es decir, la escuela y los medios de comunicación social. Es decisivo para los ideólogos de género conseguir dinero público para entrar en los centros escolares y formar las mentes de los niños y de las jóvenes generaciones a la idea de que la familia natural es un estereotipo. El resultado: falsos cursos contra la "discriminación de género" o el "acoso homófobo" son los caballos de Troya con los que penetran fácilmente en las escuelas de todo tipo, produciendo textos dirigidos sobre todo a los niños y capaces de atacar la mente más frágil y "de-formarla".

Al mismo tiempo ocupan puestos clave en los medios de comunicación; con ello, la ideología de género apunta a formar la opinión pública en conjunto sobre la identificación de los principios que enuncian una idea avanzada de libertad, describiendo a los opositores como retrógrados peligrosos que limitan la libertad del resto por pura maldad. Las descripciones maniqueas de las dinámicas en marcha en este terreno en todas las sociedades occidentales son una característica de los ideólogos de género, cuyo fin es crear iconos que sean fácilmente reconocibles e identificables con el mundo homosexual y transgénero y que ellos contraponen a la opinión pública que aún se resiste contra estas formas de fascinación, intimidándola y atacando con fuerza incluso la libertad de expresión sobre estos temas. De aquí surgen legislaciones punitivas, arrestos de opositores y objetores de conciencia, linchamiento mediático de quienes no se someten al nuevo diktat ideológico.

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Resistir significa conocer las directrices de esta "colonización ideológica" en marcha, de estos cinco mandamientos basados sobre la falsedad. Si esta es una ideología que "no existe", es algo que ahora podrán juzgar ustedes con toda claridad. La realidad se puede observar o se puede negar. La realidad ante nuestros ojos, evidente para quien quiera verla, es que esta ideología marcha con prepotencia hacia la realización de sus objetivos. Nosotros podemos ponernos de pie y mantenernos derechos y silenciosos ante esta columna de tanques. O podemos dejarlos pasar, timoratos y cómplices. Elijan ustedes. En mi caso, he elegido. Tengo dos hijas y quiero que el mundo que construyamos para ellas esté fundado sobre la verdad, no sobre la ideología.

Publicado en Tempi.
Traducción de Helena Faccia Serrano.