La Conferencia Episcopal Alemana ha publicado una nota (presentada aquí en alemán) que resume las discusiones del Sínodo de la familia en la que la Conferencia, como órgano, se pronuncia a favor de dar la comunión a los católicos  que, estando aún casados ante Dios con su cónyuge por matrimonio sacramental, se casan por lo civil y conviven maritalmente con otra persona.

Hasta ahora, esta era la posición de algunos obispos y teólogos aislados, no de toda una Conferencia Episcopal. Parece asombroso que esta pueda considerarse la posición de todos y cada uno de los 67 obispos alemanes y probablemente más de uno en su fuero interno esté en desacuerdo.

La Iglesia en alemana cuenta con 24,6 millones de fieles (hay más feligreses y más practicantes católicos que protestantes en Alemania) y es muy influyente en el país a través de sus 900 escuelas. Debido al peculiar sistema de financiación que tienen sólo Alemania y Austria (quien figura en el censo automáticamente paga un impuesto a  su iglesia, católica o luterana, y quien no paga no recbe los sacramentos ni atención) se trata de la iglesia más rica de mundo. Este martes 23 de diciembre, como para compensar la imagen de disidencia que marcan con respecto al resto del mundo, los obispos alemanes han anunciado que en 2014 han dedicado 41,6 millones de euros a atender a refugiados dentro de Alemania y 31,5 millones a atender a refugiados en el resto del mundo. Su generosidad con las misiones hace a la jerarquía alemana también influyente en los países pobres: los obispos del Tercer Mundo que reciben fondos de Alemania para misiones y proyectos solidarios no tienden a regañar a los obispos alemanes.

La agencia Efe recoge el sentido de la nota publicada por los obispos y acompañada de declaraciones del cardenal Reinhard Marx. "Desde la perspectiva de los obispos alemanes, no sería correcto excluir del sacramento, sin distinciones, a todos los creyentes cuyo matrimonio se ha roto, que se han divorciado civilmente y que han vuelto a casarse", explica el presidente de la Conferencia Episcopal, Reinhard Marx.

Por ello, basándose en su "experiencia pastoral" y en la reflexión teológica, los obispos alemanes abogan por buscar "soluciones diferenciadas" que permitan acceder a la comunión teniendo en cuenta "cada caso particular" y "bajo determinadas condiciones".

Según el cardenal Marx, la Iglesia debe intensificar la relación con estas personas porue, aseguran los obispos alemanes, tras un divorcio y un nuevo matrimonio civil, puede aumentar la distancia con la Iglesia de los fieles y éstos pueden alejarse de la fe cristiana.

Entre los documentos hechos públicos hoy se encuentran las respuestas de los obispos alemanes al cuestionario preparatorio del Sínodo celebrado en el Vaticano y varios informes con las reflexiones de la Conferencia Episcopal.

En ellos ratifican que el matrimonio es un sacramento y que su ruptura supone una violación de los mandamientos, pero asumen que hay circunstancias que deben ser tenidas en cuenta.

"Hay una gran diferencia si uno de los miembros de la pareja es abandonado sin tener ninguna culpa, si rompe deliberadamente el matrimonio, si éste se quiebra porque uno de los miembros comete adulterio de forma notoria, o porque los dos han vivido separados durante un largo periodo de tiempo", apunta.

En el Sínodo se aprobó estudiar un camino penitencial para que los divorciados que se han vuelto a casar pudiesen recibir los sacramentos, aunque fue el punto que más votos en contra tuvo. 

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