Ya no es novedad que, ante la opinión pública, suscite más inquietud la suerte de un animal que la de un ser humano. Es difícil olvidar el caso de fieras responsables de muertes de personas, como el león Cecil o la tigresa Avni, o el más reciente de la perra Sota, abatida por un policía municipal de Barcelona a quien estaba mordiendo. 

Violencia animalista ante el Ayuntamiento de Barcelona en una protesta por la muerte de una perra que estaba mordiendo a un policía municipal.

Pero ya no es solo una cuestión de escándalo mediático: la "igualdad" entre las mascotas y los hombres se está incorporando poco a poco a la legislación, como denuncia Anne Hendershott en Crisis Magazine:

Anne Hendershott es profesora de Sociología en la Universidad Franciscana de Steubenville.

En muchas de las ciudades más grandes de California, las mascotas están sustituyendo a las personas. En un artículo reciente titulado "San Francisco Asks: Where Have All the Children Gone?", el New York Times informa de que la ciudad californiana ostenta el índice más bajo de niños entre las cien ciudades más grandes de América. El artículo presenta a una joven pareja de San Francisco "en su piso situado en el límite del distrito Castro, donde viven con un ser agotador de siete años de edad al que le conceden todo y llevan a todas partes: su terrier escocés llamado Olive". El año pasado, el porcentaje de niños en San Francisco disminuyó hasta el 13%, más bajo incluso que el de Nueva York con su 21%.

Para un número cada vez más alto de parejas, las mascotas ocupan el lugar de los hijos que han decidido no tener. Las mascotas mimadas tienen cada vez mayor estatus. Y protección. California se ha convertido, además, en el último estado que proporciona protección legal a las mascotas implicadas en casos de divorcio, permitiendo que los tribunales decidan en "el mejor interés" de las mascotas que, incluso, pueden tener sus propios abogados defensores de oficio asignados por el tribunal.

 

Según una investigación llevada a cabo por la Facultad de Derecho de la Universidad Estatal de Michigan, 32 estados, Washington DC y Puerto Rico han promulgado leyes que incluyen disposiciones de medidas cautelares para las mascotas en casos de violencia doméstica. El Animal Legal Defense Fund, que acaba de publicar su 12º Informe Anual, que hace un ránking de la fortaleza de las leyes de protección animal de cada estado, revela que cada vez más estados ofrecen protección legal a las mascotas.

Los estados mejor clasificados exigen altos niveles de atención a los animales e inmunidad civil para los veterinarios que informen de crueldad o negligencia hacia ellos. Veintidós estados han instituido prohibiciones basadas específicamente en la raza, según las cuales los ayuntamientos no pueden declarar ilegales ciertos perros basándose solamente en su raza. Illinois, Oregon, California, Maine y Rhode Island han sido identificados como los "mejores cinco" estados para los animales, mientras que Dakota del Norte, Utah, Wyoming, Iowa y Kentucky han sido nombrados los "peores" en términos de protección animal. Illinois es alabado por tener la legislación estatal más exhaustiva de la nación en relación a los "estándares de cuidado básico". En Illinois, si un veterinario -o cualquier ciudadano preocupado- cree que el propietario de una mascota no está proporcionando el mejor nivel de cuidado a su animal, puede ser acusado y se le puede quitar a su mascota.

Para quienes consideramos a nuestras mascotas como miembros de la familia, el hecho de que se refuercen los estándares de cuidado de los animales y que se amplíe su protección nos parece una idea necesaria. Hay historias terribles de abuso de animales a los que hay que proporcionar mayor protección. Pero, ¿es necesario llegar tan lejos? En Illinois, desde luego, se ha llegado demasiado lejos. Bajo la ley Humane Care for Animals, en Illinois (510 ILCS 70/3), el propietario de una mascota debe proporcionar a cada uno de sus animales alimentos sanos y suficientes, un cobijo adecuado y protección contra el mal tiempo; atención veterinaria suficiente cuando sea necesaria; atención y trato humanos. Todo suena muy bien, pero ¿quién define qué significa comida "sana" para perros? ¿Y cuánta atención veterinaria equivale a "suficiente"? ¿Acaso los propietarios de los perros están obligados a proporcionar atención dental, acicalamiento, pedicura y masajes a su perro? ¿Y qué decir de la atención "al final de la vida" de las mascotas? ¿Se debe exigir a los propietarios de los perros que proporcionen quimioterapia, cirugía costosa y amplios cuidados paliativos a su mascota para prolongar su vida? O peor aún, ¿se le puede exigir al propietario de una mascota que acabe con la vida de la misma si el veterinario cree que esta no tiene la calidad de vida suficiente?

Spa para perros: un negocio en auge, como todos los que se refieren al cuidado de mascotas.

En Rhode Island y en otros estados ha surgido un movimiento que quiere redefinir al propietario de mascota como "tutor de mascotas". De alguna manera, es otro paso hacia la equiparación de las mascotas con las personas. Aunque puede parecer que los veterinarios apoyan la equiparación de las mascotas con las personas, en realidad la American Veterinary Medical Association lucha contra la idea de esta equiparación legal. La asociación de veterinarios está preocupada porque la redefinición en algunos estados de los propietarios de mascotas como "tutores de mascotas" puede reducir la relación entre las mascotas y sus propietarios. En cambio, los defensores de esta postura, como el grupo de derechos de los animales In Defense of Animals, afirman que el "propietario" recalca en exceso su estado de propietario de animales. Sin embargo, las asociaciones de veterinarios mantienen que si se definiera la función del "tutor" de la mascota como se hace con el tutor de las personas, equiparándolas, se limitaría la elección de los propietarios entre las diversas posibilidades de atención sanitaria para sus mascotas. Además, los veterinarios se encontrarían en una posición difícil, ya que tendrían que determinar quién es responsable, en última instancia, de las decisiones del propietario respecto al cuidado de su mascota.

Peor aún, si tu perro es definido como persona legal y tu vecino te denuncia a los servicios de protección animal por no pasear a tu perro lo necesario, o por no hacerle hacer suficiente ejercicio,  ¿podrían los servicios de protección animal ir a tu casa y quitártelo por negligencia?

El profesor de Derecho de la Pepperdine University, Richard Cupp, está preocupado por la equiparación de las mascotas como personas por una razón más filosófica: los seres humanos son únicos. Los seres humanos has sido dotados por su Creador con derechos inalienables. Los animales no son seres humanos y nunca lo serán, no importa lo mucho que los amemos y mimemos.

Considerar a las mascotas como personas nos recuerda la gran novela distópica de P.D. James, Hijos de hombres (1992).

James empieza su novela con la pregunta: ¿qué sucedería en una sociedad estéril en la que ya no nacieran niños? La novelista describe un mundo en el que las mascotas han sustituido a los niños, y en el que la religión parece haber perdido su significado. Y, sin embargo, en un débil intento de continuar los ritos cristianos en su sociedad sin niños, las iglesias anglicanas tienen elaboradas ceremonias de bautizo para los cachorros de las mascotas del populacho, a los que visten con faldones y gorros de bautizo.

Alfonso Cuarón dirigió en 2006 Hijos de los hombres, con Clive Owen y Julianne Moore, basada en la novela de P.D. James.

Obviamente, aún no hemos llegado al punto de que las iglesias bauticen a las mascotas. Pero dado que en San Francisco las mimadas mascotas tienen sus propios abogados y su agente del servicio de protección, puede que sea sólo cuestión de tiempo antes de que se avancen estas peticiones.