La 38 sesión del comité de Patrimonio Mundial de la Unesco actualizó el pasado martes 24 de junio la declaración que refleja los valores de la Mezquita-Catedral y el Casco Histórico de Córdoba como bienes de Excepcional Valor Universal.

La declaración supone poner al día elevando el rango de protección tanto del monumento como del barrio que le rodea sobre las normas que actualmente rige para los bienes que son destacados como Patrimonio de la Humanidad.

El comité, reunido en Doha (Catar), aprobó el martes al final de la sesión de ayer la nominación de Excepcional Valor Universal para docenas de bienes de todos los continentes en un proceso que lleva en marcha varios años.

La Unesco explica la declaración de Excepcional Valor Universal como el DNI del Patrimonio de la Humanidad. Todos los bienes desde 2005 han de contar de forma expresa con esta cuestión, que se fundamenta en una serie de criterios objetivos que han de demostrarse por parte de los estados miembro de la agencia de Naciones Unidas.

El documento redactado con carácter previo a la cumbre fue aprobado en bloque sin modificaciones con respecto a lo avanzado por ABC.

El comité apenas realizó una serie de precisiones del carácter normativo de la declaración como en qué momentos es necesaria (por ejemplo, en caso de modificaciones de las condiciones de la declaración) y por qué se lleva a cabo. El Ministerio de Cultura ha aprovechado para poner al día las declaraciones previas al año 2005 -fecha de la última normativa en la materia- después de que la edición 37 del comité, que tuvo lugar en San Petersburgo, no llevase a cabo las gestiones para ello.

La decisión de la Unesco llega en un momento en el que la Mezquita-Catedral se encuentra en medio de una gran polémica en la que han intervenido diversos poderes públicos.

Una plataforma reclama la titularidad pública del monumento y destacadas personalidades como el exdirector general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, aseguraron que el monumento entraría en la lista de Patrimonio Mundial en peligro, una especie de Unidad de Vigilancia Intensiva donde se encuentran aquellos espacios naturales y monumentos históricos que son maltratados por efecto del hombre o por cuestiones puramente ambientales.

Lo cierto es que ni el informe del Ministerio de Cultura ni ninguna otra iniciativa de la Unesco hace referencia, hasta el momento, a esta posibilidad como consecuencia de aspectos sobre la denominación del templo. La Unesco mantiene la denominación oficial que se utilizó en 1984 (La gran Mezquita, en inglés) y resalta, como riqueza del edificio, la suma de culturas que han pasado por él. La enorme inflencia causada por la etapa musulmana, la impronta creada por los visigodos mediante la reutilización de materiales y estilos o la aportación de todas las épocas. Desde la construcción del Crucero y las capillas al neomudéjar del siglo XIX.

El documento, de hecho, reconoce el papel de la Iglesia Católica como responsable del templo.

Asegura de forma explícita que ha sido el uso religioso el que ha mantenido el edificio en el estado de conservación que hoy presenta y que se considera óptimo. La Mezquita-Catedral cumple este año treinta años como Patrimonio de la Humanidad mientras que el Casco Histórico soplará sus veinte velas en la élite global de la Unesco.

La declaración de Excepcional Valor Universal no significa, empero, que todo esté hecho. Su concesión implica, de manera automática, pasar un examen de la situación en la que se encuentra tanto el monumento. En realidad, Córdoba tenía que pasarlo sí o sí. Hace diez años, los informes destacaron que había demasiado tráfico y advirtieron de los problemas que genera el turismo masivo.