Por cuarto año consecutivo, la Delegación del Gobierno en Madrid ha prohibido que unas asociaciones ateas y anticlericales organicen una manifestación (llamada "procesión atea") en Jueves Santo por calles del centro de la capital por las que también transcurren procesiones devotas ese día.

"No debe obviarse la fecha, lugar y hora elegidas por los convocantes que, aunque manifiestan en principio una finalidad lícita, lo cierto es que pretenden realizar la manifestación un día especial de significación para los católicos, en el mismo lugar y horario en que se van a celebrar diversos actos religiosos, lo cual pone de manifiesto, cuanto menos, una evidente voluntad de provocación", agrega la resolución del departamento que dirige Cristina Cifuentes.

Ya son 4 los años que los ateos madrileños intentan celebrar esta procesión en esta fecha, siempre infructuosamente porque Delegación del Gobierno lo prohíbe, en una decisión que ha avalado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

La delegación argumenta con detalle que este acto, en esas fechas y lugares, supone "una real y no potencial vulneración del orden público, con peligro real para la integridad física de las personas o de bienes públicos o privados".




Una de las concentraciones ateas y cristianófobas de Lavapiés



La Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores de Madrid (Amal) y la Asociación de vecinos “La Playa de Lavapiés” comunicaron hace unos días a la Delegación dicha marcha, con un previsión de participación de 300 personas, a las 20 horas el 17 de abril entre la plaza de Lavapiés y Tirso de Molina.

Según ellos, el objetivo es "sensibilizar a la población sobre el derecho constitucional a la libertad de expresión y la obligatoriedad de que las instituciones protejan la aconfesionalidad del Estado".

En la práctica, lo que suele suceder es que ante la prohibición trasladan la "procesión atea" a otras fechas y en ella se corean gritos groseros e insultantes contra la Iglesia o los creyentes, se escenifican pantomimas ofensivas y en general se ejercen ofensas contra los sentimientos religiosos, algo tipificado como delito en la legislación española.


La prohibición de la Delegación del Gobierno se centra específicamente en las fechas de Semana Santa y se basa en diversos informes.

El emitido por el Ayuntamiento de Madrid desaconseja la manifestación en esa fecha porque se celebran actos religiosos "multitudinarios" en el distrito Centro. Concretamente, a las 19 horas está programada la procesión de Jesús ´El Pobre´ y a las 20 horas la del Jesús del Gran Poder y la Esperanza Macarena.

Aluden a que es probable que se produzcan incidencias ese día en cuanto a la movilidad, ya que la ciudad "es objeto de visitas por un ingente número de vecinos de Madrid y turistas"; y también por razones de seguridad ciudadana "por el carácter claramente antagónico" de ambas actividades, "que podría dar lugar a enfrentamientos entre los asistentes a ambas". El informe emitido por la Policía Nacional insisten en la coincidencia con las procesiones religiosas.

En la motivación de la resolución, la Delegación del Gobierno en Madrid expone motivos similares a los antes aludidos y añade que es "más que probable que la convocatoria de la manifestación, una vez sea conocida por la opinión pública, dé lugar la convocatoria de contramanifestaciones que puedan provocar incidentes de orden público".

Además, aluden a que dicha marcha "incide en la propia imagen de la ciudad de Madrid, en uno de los atractivos turísticos en esta época del año". Y también recuerdan las anteriores prohibiciones, avaladas por sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM).

La Delegación también esgrime que los lugares por los que pretenden marchar los convocantes son calles que "curiosamente presentan nombres relacionados con la simbología católica", discurren por zonas con muchas parroquias y el lugar de la celebración de la manifestación "constituye un enclave de alto valor patrimonial histórico-artístico".

En este vídeo de la manifestación de 2012 de los mismos convocantes se advierte su carácter grosero e insultante