Tras la polémica legalización del matrimonio homosexual y el derecho de adopción por parte de estas parejas en Francia, el Parlamento francés ha decidido eliminar la expresión “buen padre de familia” de todos los textos y códigos legislativos del país.

Según informó el 22 de enero el diario de la Conferencia Episcopal Italiana, Avvenire, los ecologistas del partido EELV, dirigidos por Brigitte Allain, consideran esta expresión como un símbolo “peligroso” y “sexista”. El diario francés Le Monde informa de que la Asamblea Nacional votó a favor de la supresión en la tarde del 21 de enero.


En realidad esta expresión proviene del Derecho Romano, y su significado en latín, buen pater familias, equivale en nuestros días a decir buen “administrador de su casa”, o persona “responsable de su familia”.

La expresión, que hasta ahora no había sido cuestionada, será sustituida por “gestión razonable” o por el adverbio “razonablemente” dentro del Código Civil francés y los reglamentos.


La expresión "buen padre de familia" no solo figura en el Código civil francés encargado por Napoleón y aprobado en 1804, sino en códigos civiles de otros muchos países que están inspirados en aquel; entre ellos, el español.

La figura equivale al arquetipo o modelo de conducta que es exigible en el cumplimiento de las obligaciones contractuales. Dicho de otra forma, marca el nivel de diligencia exigible. En España está presente en muchos artículos del Código Civil de 1889, que es el vigente.

Un ejemplo: el 1903, que regula la responsabilidad extracontractual por daños cometidos por personas de las que se debe responder (como hijos, tutelados, empleados o alumnos), termina: "La responsabilidad de que trata este artículo cesará cuando las personas en él mencionadas prueben que emplearon toda la diligencia de un buen padre de familia para prevenir el daño".


El sentido de la utilización de esta expresión es que, desde la época del imperio romano, se considera que el buen padre de familia actuará con un exigible nivel de diligencia en sus obligaciones. Algo que, al parecer, ya no casa con la Francia de François Hollande, cuyo nivel de diligencia como buen padre de familia está más que en entredicho en su país tras el descubrimiento de su affaire con la actriz Julie Gayet y su separación de su hasta ahora compañera Valerie Trierweiler (el presidente socialista tiene además 4 hijos con su anterior compañera, la también socialista Ségolène Royal).

No ha tardado en surgir un amplio debate en torno al término tanto desde dentro como fuera del país. La principal oposición al gobierno Unión Movimiento Popular–de centro-derecha-, reaccionó con ironía cuestionando públicamente si el gobierno debería tomar medidas drásticas contra otros términos derivados de la palabra latina pater, como por ejemplo “patria” o madre-patria”.


Por otro lado, el del diputado neogaullista Hervé Mariton, lanzó una denuncia a los socialistas, a quienes acusó de estar imponiendo el “pleno totalitarismo lingüístico”.

Algunos también apuntan a que esta puede ser otra de las estratagemas para desviar la atención de la opinión pública de la vida privada del presidente François Hollande, quien en las últimas semanas ha protagonizado un sonado escándalo de infidelidad, después de traicionar a su pareja Valérie Trierweiler con la actriz Julie Gayet.


Mientras tanto, el partido de Hollande también está mediando por la ampliación de las leyes que regulan la legalidad del aborto y la eutanasia en el país, dos temas que preocupan especialmente a los católicos franceses, quienes se adhirieron en las últimas semanas a una “Carta abierta al Papa Francisco”, en la que pusieron al tanto al Pontífice de Roma de las políticas del presidente Hollande, quien visitó el Vaticano el 24 de enero para reunirse con el Santo Padre.

La carta, organizada por la Plataforma CitizenGO, ya ha superado los 120.000 firmantes.