El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha colocado en su cuenta de Facebook un elocuente mensaje, un cartel que alude a Eurovegas y una cita bíblica: "Más vale ser pobre de conducta honrada, que ser rico por caminos tortuosos" (Proverbios 28, 6)

Se suma así al número de obispos que desde junio de 2012 se han pronunciado de forma crítica contra el macrocasino que el magnate Sheldon Adelson quiere construir en España.




El primer obispo en criticar el proyecto de megacasino fue el del Getafe, Joaquín María López de Andújar, en una entrevista exclusiva en ReligionEnLibertad.com ("Eurovegas es una fachada atractiva pero detrás ves su podredumbre", dijo).

Después se pronunciaron los obispos de Castellón, de Sant Feliu, de Alcalá de Henares, el cardenal Martínez Sistach de Barcelona y hasta el cardenal Rouco, como presidente de la Conferencia Episcopal, expresó su preocupación por los peligros de este tipo de macrocasinos.

En septiembre de 2012, el cardenal Rouco se expresó así: "Eurovegas se presenta como un complejo turístico, con ocio y juego, y los peligros y riesgos de este complejo son bien conocidos. Peligros laborales, peligros muy importantes para los jóvenes... ¡No me extraña que en las diócesis más afectadas los obispos den la voz de alarma!", afirmó, refiriéndose a los obispos de Getafe, Alcalá, Castellón, Sant Feliu y al cardenal Martínez Sistach de Barcelona.

Y añadió: "El poder público tiene la responsabilidad de regular y prevenir de forma eficaz, mediante la ley, los peligros que conocemos", pidió Rouco.


Esa misma semana la Delegación de Juventud de Getafe emitió un comunicado animando a todos los que trabajan con jóvenes a atender a las víctimas de Eurovegas. "Vuestro trato diario con los jóvenes os lleva a comprobar la fragilidad psicológica y afectiva con la que crecen hoy en nuestra sociedad y os hace prever el gran obstáculo educativo que este evento [el macrocasino y su entorno] supondrá para su felicidad y desarrollo personal. Ciertamente, en esta ocasión, las administraciones públicas están teniendo una visión cortoplacista e irresponsable ante los jóvenes, sin caer en la cuenta de que hay decisiones que pueden dañar para siempre la existencia de muchas personas, cuyas vidas, en gran número, la Iglesia ha de recomponer después con cariño, cercanía, delicadeza y paciencia. [...] Pedimos que atendáis en vuestras parroquias no sólo a los jóvenes católicos cuya personalidad quede dañada por la apertura de este centro sino también a los jóvenes no creyentes que os lo pidan".




En junio de 2012, el obispo de Getafe, Joaquín María López de Andújar, expresaba además sus temores de que las leyes que hoy limitan el juego en España sean desmanteladas a causa de Eurovegas.

Aunque en España las leyes son "restrictivas" con el juego, decía, el obispo de Getafe tenía la "sospecha" de que Eurovegas pedirá "una legislación permisiva como acabar con las limitaciones para menores o para ludópatas, por ejemplo". "Me temo que se abrirá la mano y el juego será entonces mucho más peligroso. Se habla de hoteles, restaurantes, instalaciones deportivas, centros de convenciones. Claro que todo eso sería bueno. Pero si está en función de un gran casino, con tragaperras e incentivos al juego, eso será inmoral y contaminará a lo demás", apuntó. "Esto daña a las familias y ¿acaso no debe el Estado proteger las familias y el bien social?", preguntaba.


Ese mismo mes, el obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, ante los rumores de que Eurovegas se instalase en su diócesis, expresó su oposición: "sólo fomentará el juego y las ludopatías", dijo. Recordó que "no vale crear empleo a cualquier precio, y, pese a estar en tiempos duros de crisis, el fin no justifica los medios". En su opinión, el megacasino "fomentará el juego, las ludopatías y creará un mayor afán de riqueza, que ha sido precisamente una de las principales causas de esta crisis".

"Hay que fomentar la riqueza más humana", añadía el prelado, precisamente en la presentación de la Memoria 2011 de Cáritas, en el obispado.


Pasado 14 días de la denuncia del obispo de Getafe, el de Sant Feliu, Agustín Cortés, firmaba un extenso documento analizando los males de un macrocasino del tipo de Eurovegas.

"Este posible beneficio económico presenta muchas dudas en cuanto a su eficacia real y su conveniencia. En primer lugar, no está claro que, a largo plazo, se pueda considerar un crecimiento y un desarrollo real de la economía. Las informaciones que nos llegan de la situación económica y social de los lugares donde hace muchos años que existen este tipo de negocios, no acreditan unos resultados satisfactorios en este sentido. Los beneficios de estos negocios normalmente van dirigidos a la acumulación de un capital, que queda fuera y lejos del lugar donde se ha trabajado", afirma la nota firmada por el obispo Cortés.

"Pero la objeción más grave que ponemos a este proyecto es el precio humano que exige para obtener un hipotético beneficio económico", prosigue el texto. Lamenta "el espejismo de un posible beneficio".

Y advierte de "la exención de muchas obligaciones tributarias y legales, que, una vez concedida, supondría un agravio importante para el bien común y para otras iniciativas empresariales".


La clave de esta denuncia es que los obispos españoles no se basan solo en el prudente consejo de Proverbios 28,6, sino en la experiencia empírica de muchos años en Estados Unidos y Canadá, donde las diócesis llevan años documentando los males que causan los macrocasinos y las leyes permisivas que les acompañan siempre. Como recordábamos en mayo de 2012 en ReL, en Florida, Indiana, Louisiana, Ohio, Massachussets, Kentucky y Alberta, grupos de obispos se han unido para hablar claro muchas veces, a los medios de comunicación y a los políticos, contra los megacasinos y los complejos afines.

Munilla se suma así a una ilustre corriente de prelados que efectúan una denuncia social basada en hechos comprobados, en defensa de los más débiles: los pobres, los adictos y sus familias.