La campaña de firmas de HazteOir para pedir a los anunciantes que abandonen Campamento de verano (Dile NO a Telecinco y su programación prostituida) alcanza las 34.506 en este momento, y aumentando. Se acerca al objetivo de llegar a 50.000, pero se ha conseguido algo aún más importante: "Tres anunciantes de primera categoría (Burger King, Mutua Madrileña y McDonald´s) han pedido que su publicidad no esté en un programa que es un exponente muy claro de la telebasura", explica a ReL el presidente de HazteOir, Ignacio Arsuaga.

Se trata ahora de conseguir que hagan lo mismo los anunciantes que quedan: Amena, Minute Maid, Orange e ING, con un objetivo último, confiesa abiertamente Arsuaga: "Que Campamento de verano no llegue a finales de agosto por la presión de sus anunciantes. Esperamos que la cadena lo retire antes del 5 de septiembre", su fecha prevista de conclusión.

Aunque HazteOir ya había conseguido éxitos importantes, como la campaña contra otro producto-basura, Salvados por la Iglesia (esta vez en laSexta), "el impacto de la campaña actual es muy superior por el número de las adhesiones y por su impacto mediático".

Pero Arsuaga va más lejos: "Estamos ante un cambio de modelo -lo hemos visto también con lo que pasó en La Noria- en el que los ciudadanos, movilizados a través de internet y de las redes sociales, influyen en la programación de la televisión. Queremos que cuando una cadena se plantee su programación tenga en cuenta la opinión de sus espectadores".

Cuando le preguntamos por el impacto de la telebasura, Arsuaga afirma que "tienen una audiencia importante -aunque no mayoritaria- a la que gusta este tipo de programas en los que se hace burla o se denigra a los concursantes". Pero estos espectáculos "no sólo denigran la dignidad del concursante, también denigran al espectador con algo que no construye la persona, sino que la degrada".

En ese sentido, el ya célebre baño de chocolate con el que fue castigada Noemí, "contra su voluntad y a pesar de ser alérgica", continúa Arsuaga, "fue muy parecido al circo romano, al que acudía la gente a ver a un león comiéndose a un cristiano. No sólo era víctima el cristiano, también quien asistía a eso salía degradado".