Este martes Gloria Steinem recoge el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, un galardón que recibe esta veterana escritora y periodista estadounidense de 87 años por su conocido activismo feminista. De hecho, el jurado explicó que la eligieron por haber sido “motor de una de las grandes revoluciones de la sociedad contemporánea”.

Mientras se encuentra en España para recoger el galardón en los medios de comunicación españoles se va prodigando mostrando por qué es considerada el gran referente del feminismo radical. Es lo que ha hecho en El Mundo defendiendo abiertamente el aborto, incluso como una celebración.

La premiada en la categoría de Humanidades hace un completo alegato por el aborto y el feminismo hegemónico. De este modo cuenta que Cualquiera que sea la naturaleza de tu experiencia, es importante poder contarla. “en los 60 y los 70, delante del apartamento en el que vivía, había una clínica a la que acudían mujeres a abortar. Solía ver a muchas salir de coches destartalados, ayudándose las unas a las otras a entrar y salir de la clínica, y muchas iban después a la tienda de licores de la esquina a comprar una botella de vino para celebrarlo. Para algunas la experiencia es traumática, pero es cierto que, en general, se ha suprimido la verdad de muchas mujeres: que abortar es un alivio y puede ser motivo de celebración”.

Preguntada acerca de la ley del latido de Texas, Steinem afirma que “lo que ha ocurrido allí es un sobrio recordatorio de que el poder político siempre va a intentar controlar el cuerpo de la mujer. El sistema lo necesita para perpetuar el racismo y el clasismo”.

Del mismo modo critica a aquellos que no apoyan el movimiento “Me Too” que surgió en Hollywood: “Ellos probablemente no se han visto nunca obligados a abortar. Les diría que el regalo que supone tomar tus propias decisiones sobre tu cuerpo también les pertenece”.

Preguntada por la polémica que existe entre una parte de las feministas y el movimiento trans, la galardonada con el Princesa de Asturias se posiciona más cerca de estos últimos: “me da la sensación de que en la base de esa situación está el derecho de uno a reconocerse a sí mismo, ¿no? La verdad, no conozco un sistema mejor que aquel en el que cada uno pueda afirmarse a sí mismo”.

Como adalid de la corrección política esta activista afirma que “la vida de las mujeres sigue en juego. En el caso de algunas, en el sentido más literal de la palabra porque su seguridad física no está garantizada en las calles ni en su propia casa. Para otras, el feminismo tiene que ver con el derecho a decidir cómo y cuándo tener hijos, cobrar lo mismo que los hombres o repartir las responsabilidades domésticas como el cuidado de los niños. Es importante escucharnos las unas a las otras y apoyarnos, aunque necesitemos cosas distintas”.

En su opinión,  “hoy es mucho más fácil hablar del patriarcado y del racismo como dos sistemas que lo que tratan de hacer es reducirnos a un grupo, en vez de dejar que seamos individuos únicos”. Y con  respecto a sus inicios en el movimiento feminista agrega que “no éramos conscientes de lo increíblemente profundas que son las raíces del racismo y el patriarcado”.