Una nueva traducción del rescripto que exime de sus obligaciones –especialmente el celibato– a los sacerdotes que abandonan el estado clerical provoca interpretaciones erróneas y “tendenciosas” en una web en español afirmando que “los curas que cuelguen la sotana podrán servir a sus comunidades”, denuncia el periodista Nicolas Senèze, del diario francés La Croix. Según la web en español, se trata de una puerta abierta hacia un futuro con una norma del celibato sacerdotal más flexible, pero la realidad es que estas interpretaciones provocan sonrisas en la Congregación para el Clero donde, si bien se reconoce que se han introducido nuevas traducciones del rescripto este año, no ha habido ninguna modificación del texto “que se limita a dar al obispo cierto número de elementos para el futuro del sacerdote dispensado”.

Un vocabulario más comprensivo

Efectivamente, las traducciones emplean términos más actuales, siguiendo el Código de Derecho Canónico de 1983, que ya no hablaba de “reducción al estado laical”, sino de “pérdida del estado clerical”.

“Esto puede hacerse de dos maneras”, explican en la Congregación para el Clero: ya sea en el marco de una sanción, que obliga a cierto número de restricciones contra el sacerdote reconocido culpable, o en el de una dispensa de la Santa Sede”.

De hecho, hoy es difícil para la Santa Sede poner en el mismo nivel a un sacerdote sancionado (por ejemplo, por abuso), y a otro que, por razones de coherencia, pide abandonar el ministerio para casarse. De ahí que haya un vocabulario más comprensivo en la nueva traducción del rescripto.

El obispo decide siempre en última instancia

En el marco del sacerdote dispensado, el juicio del obispo siempre ha tenido mucha importancia”, explican además en la Congregación.

Por ello, el rescripto precisa que, a juicio del obispo, el antiguo sacerdote puede ofrecer a la comunidad que lo acoge ciertos servicios que no necesitan el sacramento de la orden o puede dar clases de teología en un instituto, o de religión en los colegios.

“Pero siempre es el obispo, en colaboración con el sacerdote dispensado, quien debe ver qué es posible”, insisten en la Congregación para el Clero, donde critican una lectura orientada del rescripto que permitiría al sacerdote quedarse en la parroquia donde ha servido.

“Cuando el texto estaba en latín, no suscitaba reacciones”

Salvo casos muy excepcionales, un sacerdote dispensado no puede quedarse en la parroquia donde ha servido sin escandalizar a una parte de los fieles. Es una cuestión de sentido común”, afirman.

“Cuando el texto estaba en latín y poca gente lo comprendía, no suscitaba reacciones”, reconoce la Congragación para el Clero, que lamenta “una lectura tendenciosa” del rescripto, que pretende bien llevarla a una dirección en la que no quiere ir o bien suscitar nuevas críticas contra el Papa.