Esa especie de «farsa mediática» que es la “profecía” de los mayas sobre el fin del mundo en diciembre de 2012 «podría tener también algo de positivo: ayudar a los cristianos a retomar la consciencia de algunos temas finales escatológicos (del griego “eschaton”, último), que abundan en el Nuevo Testamento, pero que ya casi nadie, a excepción de loables casos, lee o comenta».

Lo subraya el padre jesuita Enrico Cattaneo, profesor de teología dogmática y patrística en la Facultad de teología San Luigi di Napoli en el Pontificio Instituto Orientel de Roma, en el artículo “¿El fin del mundo será en 2012?”, publicado en la revista “La Civiltà Cattolica”.