Cuando el poco exitoso escritor de ciencia ficción norteamericano Lafayette Ron Hubbard fundó la Cienciología en 1952, al principio la planteó como una filosofía laica, una especie de autoayuda para el éxito, pero enseguida, ya en 1953 la rediseñó como una religión, lo que le permitía acceder a respetabilidad, la tradicional tolerancia estadounidense hacia las creencias religiosas, y algunos beneficios fiscales y legales.

También en España consiguió en noviembre de 2007 ser inscrita en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia.

En cambio, en Francia siempre se ha considerado una secta, más concretamente una "estructura destinada a desposeer de su fortuna a personas vulnerables", condenada (y con condena confirmada en 2012 por el Tribunal de Apelación parisino) por "estafa en banda organizada".

Sin embargo, después de medio siglo de crecimiento y pese a contar con el apoyo de celebridades como John Travolta y Tom Cruise (y las esposas de éste, hasta que se hartan y se van, como Katie Holmes y Nicole Kidman), incluso en un país tremendamente abierto hacia lo religioso como Estados Unidos no convence como religión.

Según una encuesta encargada por VanityFair/60Minutes a partir de preguntas a 1.027 adultos de todo el país (con un error de +/-3 puntos porcentuales) apenas un 13% de los norteamericanos creen que la Cienciología sea una religión.

Según explica la web anticienciológica Xenu.net, en sus niveles más elevados (es decir, después de pagar muchos cursos muy caras e introducirse en los círculos centrales de la organización) la Cienciología enseña que Xenu, el dictador de una Confederación Galáctica, hace 75 millones de años trajo a miles de millones de personas a la Tierra en naves espaciales, los desembarcó alrededor de volcanes y los mató con bombas de hidrógeno. Las almas de las víctimas se agruparon y pegaron a los cuerpos de los vivos (nosotros, los humanos) creando así desequilibrio, dolor, maldad, etc...