El diario El País publica este viernes un artículo del jesuita y profesor de Bioética en la Universidad católica Sophia, de Tokio, Juan Masiá Clavel, en el que afirma, entre otras cosas, que un anencéfalo no es propiamente un ser humano y que, por lo tanto, el aborto de uno de éstos "no es el aborto de un ser humano".

En su escrito el sacerdote asegura no ver "incompatibilidad entre asentir razonablemente al criterio de un moralista que califica determinada decisión de abortar como objetivamente no deseable y, al mismo tiempo, respetar la decisión responsable y en conciencia de esa persona que, tras sopesar las alternativas, optó por el mal menor, no sin sufrimiento" y señala que "si moralmente no lo condenamos, tampoco aceptaremos que legalmente la penalicen".

Más adelante, y tras lamentar el "tratamiento simplista" del tema, Masiá da algunos ejemplos sobre la "complejidad de las malformaciones de la vida naciente".

Así, explica que "un feto anencéfalo, carece de las mínimas estructuras neurológicas como soporte para la formación de una persona, desde respirar autónomamente hasta capacitarse para cualquier acto estrictamente humano de sentir, pensar o querer. Aunque hubiera razones para no interrumpir su alumbramiento, no sería por considerarlo una realidad humana personal. El aborto de un anencéfalo no es el aborto de un ser humano".

"Un feto con una malformación incompatible con la vida extrauterina (supongamos el caso de una agenesia renal irremediable), no podrá llegar a realizar acción humana, porque no sobrevivirá. Es asemejable al ejemplo anterior",

"Estos ejemplos pretenden evitar precipitaciones en la manipulación de la opinión pública. Que motivaciones menos confesadas —política, ideológica o religiosamente— no nos impidan debatir con seriedad científica y responsabilidad ética", concluye el jesuita.