El consumo de pornografía on line (principal vía actual del negocio) ha crecido en todo el mundo durante las semanas de confinamiento que casi todos los países han implantado en mayor o menor medida.

Aunque aún faltan investigaciones rigurosas, así lo indican los datos públicos de tráfico de los principales portales, que registran incrementos medios en torno al 22%. En algunos países como Australia o la India se registran picos incluso superiores.

Una gráfica típica de tráfico en un sitio porno en los primeros días del confinamiento en la India.

Ese mayor tráfico ha ido dirigido además a algunas de las áreas personal y socialmente más peligrosas. Sobre todo, la pornografía infantil, con crecimientos del 25% en España en la descarga de material delictivo, según informes de la Policía Nacional.

Pero también la pornografía íntima difundida como venganza personal, que constituye un subgénero dentro del sector. Las denuncias ante la agencia británica que controla la distribución de imágenes de adultos para ese fin se duplicaron nada más comenzar la reclusión forzosa de la población.

Los expertos atribuyen este aumento del consumo al carácter sustitutivo de la relación personal que  tiene para numerosos usuarios a quienes el confinamiento ha complicado los encuentros íntimos, ya sea dentro o fuera de su domicilio. Carácter falsamente sustitutivo que es precisamente uno de los elementos más nocivos de esta adicción.

"El narcisismo y la filosofía utilitarista sexual fomentados por la pornografía han hecho que muchos hombres sean incapaces de tener relaciones sanas con mujeres", afirma el doctor Peter C. Kleponis, psicólogo y terapeuta clínico con veinte años de experiencia en este área: "Pasar tanto tiempo on line interactuando con imágenes dificulta que los hombres se comuniquen. Las mujeres reales no pueden ser controladas con el clic de un ratón".

Kleponis es autor de Pornografía. Comprender y afrontar el problema, donde presenta un completo programa de recuperación que no se limita a acabar con la adicción, sino a "restaurar la integridad de la persona", herida por un comportamiento altamente nocivo.

En efecto, consumir pornografía es un hábito "compulsivo por su propia naturaleza y se utiliza para evitar o cambiar los sentimientos a pesar de sus destructivas consecuencias para uno mismo y para los demás", dice el doctor Mark Laaser, que lleva trabajando en la sexoadicción desde 1987.

Según afirma Kleponis en un reciente artículo en The Catholic Gentleman, el diagnóstico de adicción a la pornografía requiere la participación de un profesional, pero hay algunos signos evidentes de ese riesgo que pueden sugerir a quien se vea definido en ellos la necesidad de buscar ayuda.

El doctor Patrick Carnes, considerado uno de los pioneros en el abordaje específico de la sexoadicción, sugiere diez criterios de comportamiento sexual problemático en internet. Verse reflejado en un número significativo de ellos podría indicar una dependencia:

1. El sexo en internet es una preocupación personal para ti.

2. Con frecuencia consumes sexo en internet más veces y durante mayor tiempo de lo que pretendías.

3. Has fracasado repetidamente en tus esfuerzos por controlar, acortar o parar tu consumo de sexo en internet.

4. Cuando consigues limitar o detener tu consumo de sexo en internet te sientes inquieto o irritable.

5. El sexo en internet es para ti una vía de escape de otros problemas, o te alivia la sensación de desamparo, culpa, ansiedad o depresión.

6. Vuelves a internet un día tras otro buscando una experiencia sexual cada vez más intensa o de mayor riesgo.

7. Le mientes a tus familiares, terepeutas u otras personas para ocultar tu implicación en actividades sexuales en la red.

8. Cometes delitos sexuales on line (por ejemplo, enviar o descagar pornografía infantil o solicitar sexo ilícito en la red).

9. Pones en riesgo o pierdes una relación importante, o un trabajo, o una oportunidad educativa o de formación a causa de tu actividad sexual on line.

10. Tu actividad sexual en la red te produce quebrantos económicos importantes.

El doctor Kleponis lanza un mensaje de esperanza ante la realidad de esta adicción, desde los cientos de casos que ha conocido en su consulta: la recuperación es posible, restaurar la integridad de la persona también, sin pornografía las prioridades se ordenan ("Dios, el matrimonio, los hijos, la profesión, los parientes/amigos y uno mismo", por este orden) y los lamentos por lo que se ha perdido con la adicción se convierten en agradecimientos por "todas las cosas buenas que uno tiene en la vida".