Tras las protestas de numerosas personas ofendidas en sus creencias y sentimientos religiosos, el comisario del Ateneo La Laguna de Tenerife decidió retirar tres fotografías de la exposición Oh my god! de José Luis Pérez Navarro en las que se mostraba los genitales de hombres y mujeres con rosarios y crucifijos.
 
Las fotografías de dicha muestra, en la que el artista juega con los conceptos de placer y muerte, sólo estuvieron expuestas durante unas horas después de la inauguración celebrada el 7 de octubre.
 
"Son tres fotos que no sólo eran explícitas, sino ofensivas hacia la religión católica", explicó Claudio Marrero, comisario de arte de la sala. "El problema no es que se vea un pene erecto con un Cristo crucificado dentro de una vulva. Había gente que estaba realmente muy ofendida, así que evité las imágenes más ofensivas con la Iglesia católica. La provocación está sin que hagan falta esas imágenes", añadió.
 
En común acuerdo, Marrero y Pérez Navarro decidieron retirar las tres ofensivas y colocar en el lugar donde estaban colgadas un cartel en que se explica que "el responsable de la sección de arte ha considerado oportuno retirar la imagen que aquí se mostraba y agradecen el espíritu conciliador del artista".
 
"Si no hubiera accedido se hubiera quitado la exposición, así que tuve que aceptar con la boca pequeña, si llego a saber esto expongo en otra sala", afirmó Pérez Navarro que ha invertido 4.000 euros en la muestra. "No pensaba que en el siglo XXI se pudiera mutilar la obra de un artista".
 
Según informa La Opinión de Tenerife, “lo curioso es que trabajaron juntos durante todo el proceso de montaje. Y ambos eran conscientes de que la exposición era provocadora, ya que nace con esa premisa. La exposición se basa en los conceptos de sexo y muerte y en medio se cuela la iglesia católica, como gestora del pecado”.
 
En la puerta de entrada del Ateneo, una entidad cultural de Tenerife con más de cien años de historia, hay un cartel -colocado por el artista- que dice que la muestra puede herir la sensibilidad del espectador y que no está recomendada para menores de 18 años, con el fin de no ofender a personas demasiado impresionables.