La diócesis copto-ortodoxa de Samalut, en Egipto, tal y como señala la agencia de noticias Fides ha propuesta un “despertar espiritual” durante quince días para vivir y agradecer el recuerdo de los veinte cristianos coptos asesinados junto con su compañero ghanés a manos de terroristas musulmanes, hace siete años, en una playa de Libia. Tal y como se pudo ver en el vídeo muchos de estos cristianos murieron susurrando el nombre de Jesús.

Los actos litúrgicos y eclesiales en conmemoración de los mártires coptos de Libia tendrán lugar del 1 al 15 de febrero y volverán a tener este año como epicentro el Santuario construido en su honor en el pueblo de al Awar, de donde procedían la mayoría de ellos. Anba Pavnotios, obispo copto-ortodoxo de Samalut, al anunciar los eventos conmemorativos que consistirán en celebraciones litúrgicas, conferencias, visitas al santuario-museo y encuentros de oración. El obispo también invitó a todos a conservar los beneficios y bendiciones espirituales que los mártires de Libia podrán para hacer florecer a quienes los conmemoran con sincera gratitud.

Los 20 coptos egipcios y su compañero de trabajo de Ghana fueron secuestrados en Libia a principios de enero de 2015. El vídeo de su decapitación fue publicado en varias webs yihadistas el 15 de febrero siguiente. Apenas una semana después de la noticia de la masacre, el Patriarca copto ortodoxo Tawadros II decidió inscribir sus 21 nombres en el Synaxarium, el libro de los mártires de la Iglesia copta, estableciendo que su memoria se celebrase precisamente el 15 de febrero.

Los restos mortales de coptos muertos en Libia fueron encontrados a finales de septiembre de 2017 en una fosa común en la costa libia cerca de la ciudad de Sirte. Sus cuerpos fueron encontrados con las manos atadas a la espalda, vestidos con el mismo mono naranja que lucían en el macabro vídeo filmado por los verdugos en el momento de su decapitación. En el video de su ejecución, se percibía claramente que muchos de los mártires justo antes de ser asesinados susurraron las palabras 'Señor Jesucristo'. Entonces, en una conversación con Fides, Anba Antonios Aziz Mina, obispo copto católico (ahora emérito) de Guizeh, aseguraba que “el nombre de Jesús fue la última palabra que salió a sus labios. Como en la pasión de los primeros mártires, se encomendaron a Aquel que los acogería poco después. Y así celebraron su victoria, la victoria que ningún verdugo les puede quitar. Ese nombre susurrado en el último momento fue como el sello de su martirio”.