En el clásico del pasado sábado entre el FC Barcelona y el Real Madrid se pudo ver una curiosa escena captada por las cámaras cuando Luka Modric, centrocampista croata del equipo blanco, se preparaba para entrar al campo desde el banquillo. Besaba repetidamente sus espinilleras.

La pregunta que se hicieron muchos una vez vieron esa imagen era qué tendrían aquellas espinilleras. Y la respuesta ya se conoce. En ella lleva impresa una foto de su familia (Modric está casado y es padre de tres hijos) y encima una imagen del Sagrado Corazón de Jesús.

Luka Modric lo ha ganado todo con el Real Madrid. Ligas, Champions League, Copas del Rey, Supercopas de España y Europa, mundiales de clubes…y gracias a ello también ha logrado ser Balón de Oro, galardón que reconoce al mejor jugador del mundo en esa temporada. Además, como capitán de Croacia logró llevar a su selección a la final del pasado Mundial de Rusia de 2018.

Pese a todo, Modric lleva una vida totalmente discreta y se conoce muy poco de su vida privada. Nunca ha generado escándalos pero sí se sabe que es una persona creyente, un católico convencido que además como croata lo vive como algo cultural.

Como líder de Croacia, el equipo nacional ha llegado a estar concentrado en Medjugorje para preparar el Mundial de 2014 y en la final de 2018 junto a otros muchos compañeros de la selección jugó este partido con una camiseta de la Virgen debajo de la equipación.

 

"Afortunado de tener una familia como esta. ¡Ellos me dan las fuerzas necesarias para luchar todos los días!", escribía en su Instagram tras ganar una de las 4 Champions logradas con el Real Madrid

Modric ha llegado a lo más alto del fútbol mundial desde abajo, muy abajo. Su vida no ha sido nada sencilla y fue uno de los miles de niños que padeció en primera persona la guerra de los Balcanes. Su padre fue llamado para luchar en el ejército croata, su abuelo fue asesinado por los serbios. "Luka vio con sus propios ojos cómo mataban a su abuelo. No tuvieron otra opción que huir a Zadar a través de los bosques y las montañas para no ser asesinados", comentaba el director deportivo del NK Zadar Josip Bajlo.

Junto a su madre vivió como refugiado en Zadar, en un hotel, junto a otras muchas familias que habían perdido todo. Allí su talento futbolístico, pese a tener sólo 7 años, no pasó desapercibido y pronto fue fichado por el Zadar.

 

Tomislav Basic, jefe de la cantera de Zadar, recordaba que tuvo que hacerle unas espinilleras de madera, que el futbolista guarda con cariño, porque su familia apenas tenía dinero para vivir.

Con mucha humildad y esfuerzo ha llegado a ser el mejor futbolista croata de la historia y un jugador que ha marcado época en el Real Madrid, clave en los numerosos trofeos conseguidos estos años. Y lo más importante es que esos valores que aprendió de niño los sigue haciendo gala hoy en día, siendo en muchas ocasiones un rara avis en su ambiente. Y junto a su familia y a Dios conforman los pilares de la vida de Luka Modric.