Casi sin saber cómo, el director de teatro boliviano Carlos Cordero se topó con una figura que le ha cambiado la vida: una beata que ha sobrevivido cuatro guerras, que fundó una orden religiosa y que además ha aparecido ahora en una película de los años 30. Se trata de la madre Nazaria Ignacia.

Todo comenzó cuando encontró en un manuscrito la descripción de una obra que fue presentada en 1807 en una capilla de Oruro. Se puso a buscar cómo era ese lugar y se encontró el lugar en el que se encontraba enterrada la beata hispano-boliviana.

Una película en el que aparece la beata

"Hice una investigación  para encontrar la capilla y saber dónde se había  presentado la obra de teatro registrada en el manuscrito. Llegué  al lugar y me encuentro con los restos de la madre Nazaria y  con toda una congregación religiosa y católica. Entonces,  me cautivó  su personalidad y me volví colaborador de la orden”, aseguró a la publicación Página Siete

Cordero decidió  investigar sobre la vida de la beata y visitó la casa de  las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, en Oruro. Durante  una de sus visitas  descubrió que las hermanas guardaban los rollos de una película filmada en 1930. Y  finalmente las hermanas decidieron dar en custodia un rollo original y copias de una película al archivo fílmico de la Cinemateca Boliviana. “Las hermanas entendieron que se trata de un patrimonio histórico de Bolivia  y decidieron entregar (el material)”, añadió.


La beata, en una de las imágenes inéditas del filme

"En esta preciosa historia está la iglesia, obispos, monjas y la única beata boliviana-española en proceso de canonización por el papa Francisco: madre Nazaria Ignacia”, dijo Cordero, quien  realiza una investigación  sobre el autor  del filme. "Creemos que la película se ha filmado en 1930 por las imágenes y algunos datos encontrados”, afirmó, añadiendo que "en otra parte del filme se ve una procesión en una de las calles de La Paz y se ve imágenes de la madre Nazaria en un almuerzo para personas de escasos recursos".

Madrileña y adelantada a su tiempo

Nacida en Madrid en 1889, Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús March Mesa es considerada una "visionaria" para su época, ya que postulaba que la Iglesia católica vaya al encuentro de la gente alejada y los pobres tres décadas antes de que el Concilio Vaticano II lo planteara, asegura a EFE Carlos Cordero, devoto de la religiosa.

La beata promovió estas ideas desde la ciudad andina de Oruro y lo hizo siendo mujer "en una sociedad que hace 70 u 80 años atrás era tres veces más machista de lo que es hoy", resaltó Cordero, quien es un colaborador de las Misioneras Cruzadas en Bolivia y ha escrito un libro sobre su vida. "Adicionalmente, la madre Nazaria muestra el verdadero espíritu y carisma de la Iglesia católica boliviana: el ser una iglesia universal que no conoce nacionalidades ni fronteras", afirmó.

Y es que, aunque es madrileña de nacimiento, se la considera la primera beata boliviana porque vino "a servir a los bolivianos" y desde este país irradió su obra al mundo- Cuando tenía 19 años, Nazaria Ignacia se hizo Hermanita de los Ancianos Desamparados y fue destinada en 1912 a Oruro, donde por entonces la realidad era difícil, "con pocas familias acomodadas y muchos pobres", según una publicación de las Misioneras Cruzadas.

Una obra destinada a los más pobres
Ante las circunstancias y viendo las necesidades que había en Oruro, la religiosa decidió fundar una nueva orden.

La religiosa asistió a desempleados, trabajó con organizaciones campesinas y mineras, creó centros profesionales de formación técnica para mujeres, casas de acogida para niños huérfanos, comedores populares y una revista llamada Adalid de Cristo Rey, recoge en su reportaje para la agencia de noticias española, Gina Baldivieso.

Su obra quedó plasmada en el filme

Una de las hazañas de la española fue organizar en 1933 a las mujeres de los mercados y comercios orureños para formar el que fue el primer sindicato obrero femenino de Bolivia. También creó la llamada "Olla del pobre", que actualmente sigue vigente y ofrece entre 150 y 200 almuerzos a diario, de lunes a viernes, a personas de escasos recursos.

En los diarios de la beata, hay una narración sobre un cumpleaños de quien fue el nuncio apostólico en Bolivia en los años 30, que fue celebrado por iniciativa de las misioneras con un almuerzo para más de mil pobres en la casa sede que tenían por entonces en La Paz, y esto es precisamente lo que aparece en la película.

En el filme, que dura unos ocho minutos, también hay imágenes de un sepelio, una procesión en las calles de La Paz y un acto religioso a los pies del monumento al Corazón de Jesús en El Alto, que por entonces era una zona paceña y ahora es su ciudad vecina.

Le tocó sufrir cuatro guerras

A Nazaria Ignacia le tocó vivir los efectos de "cuatro grandes conflagraciones", incluidas las dos guerras mundiales y la guerra del Chaco (19321935), en la que se enfrentaron Bolivia y Paraguay. Precisamente una de las obras de las misioneras fue atender a las víctimas de esa contienda, sobre todo a huérfanos y enfermos.

También pasó por momentos difíciles cuando fue a España para fundar allí casas de la orden, pues durante su viaje estalló la Guerra Civil (19361939).

Una ingente labor misionera

En vida, la incansable religiosa desempeñó una labor misionera en Bolivia, Uruguay, España y Argentina, donde falleció el 6 de julio de 1943. Sus restos fueron trasladados a Oruro en 1972 y desde entonces permanecen en esa ciudad boliviana, como lo pidió Nazaria Ignacia antes de morir.

La española fue beatificada en 1992 por el papa Juan Pablo II y actualmente está en curso el proceso de canonización, algo que la Iglesia católica boliviana espera que se concrete en 2018. A 92 años de su fundación, la obra iniciada en Oruro por Nazaria Ignacia ya tiene presencia en 21 países de cuatro continentes y fue destacada por el papa Francisco durante un encuentro con religiosos en su visita a Bolivia en 2015.