"Soy Antonio, vuestro obispo. Y cuando digo vuestro es porque os pertenezco en cuerpo y alma y este anillo será la memoria diaria de esta entrega. Mi esfuerzo está ya puesto en amaros, porque sólo por este medio podemos trasmitir la presencia de Cristo en medio de nuestras vidas", ha afirmado el nuevo obispo de Teruel y Albarracín en su alocución antes de bendecir a los asistentes en la misa de su consagración episcopal que tuvo lugar ayer sábado en la catedral de Santa María de Mediavilla
  
Tal y como informa el diario el diario Heraldo, la misa estuvo presidida por el arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez, acompañado del nuncio del Vaticano en España, Renzo Fratini, y del presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez. También han asistido a la ceremonia cuarenta obispos, el cardenal Santos Abril y los antiguos obispos de esta diócesis, Antonio Algora y Carlos Escribano, además de representantes institucionales como la consejera de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno autonómico, Mayte Pérez, el Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, la alcaldesa de la ciudad, Emma Buj, o el fiscal superior de Aragón, José María Rivera.
 
El acto se inició con una procesión que ha partido del palacio episcopal para dirigirse a pie a la catedral, que estaba llena de público, al igual que una carpa con una pantalla gigante colocada junto al templo ante la imposibilidad para muchas personas de acceder a la iglesia.
 
Antonio Gómez Cantero es natural de Quijas (Cantabria), aunque se formó en Carrión de los Condes (Palencia) y en la Diócesis de Palencia ha desarrollado su ministerio sacerdotal hasta que el 17 de noviembre de 2016 fue nombrado obispo de Teruel y Albarracín por el papa Francisco.
 
La homilía fue pronunciada por el arzobispo de Zaragoza quien ha recordado al nuevo obispo que "también el Episcopado es un servicio, no un honor ni un poder. Por ello, el obispo preside al pueblo desde el servicio".