Las reliquias de San Pío de Pietrelcina y San Leopoldo Mandić, santos de la misericordia, ya están siendo veneradas por miles personas en Roma.

Esta tarde tuvo lugar una procesión desde la parroquia de San Salvador en Lauro, situada a poco más de un kilómetro del Vaticano, hasta la basílica de San Pedro. En el recorrido y en el atrio de la iglesia Santa Maria in Traspontina, el coro de la diócesis de Roma acompañó con sus cantos a la procesión, durante la cual también se rezaron el rosario y las letanías.



Los cuerpos, llevados en sendas urnas transparentes, se colocaron en la nave central, frente al Altar de la Confesión, para la veneración de los fieles.

Una vez en la basílica, el cardenal Angelo Comastri, arcipreste de la basílica papal, recibió las reliquias y después de un momento de oración, las hizo entrar en la Basílica.

En sus palabras recordó la vida de los santos, padre Pío y padre Leopoldo, así como una serie de santos que fueron sus contemporáneos. También dijo que ambos “se quedaban hasta 16 horas al día en el confesionario” y recordó cuántas personas han convertido dando el sacramento de la reconciliación, “un don precioso que cura las heridas”, subrayó. El cardenal Comastri concluyó su intervención invitando en este Jubileo de la Misericordia a la conversión, sin olvidar al prójimo que nos rodea.

Por su parte, el arzobispo Rino Fisichella, delegado pontificio para el Jubileo de la Misericordia y presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, expresó su agradecimiento al Papa "porque ha querido que las reliquias de los santos Leopoldo y Pío sean traídas aquí como signo vivo y testimonio concreto de la misericordia de Dios Padre”.



En declaraciones a ACI Prensa, el italiano Francesco Picaro, seminarista del último año de teología, afirmó que “el Padre Pío es un ejemplo de misericordia por el tiempo que pasaba en el confesionario, porque dedicó su vida a este sacramento. En mi preparación como sacerdote me ayuda a entender que debo llegar a muchas personas con la misericordia y el amor de Dios”.

Por su parte el hermano peruano Estanislao Ormaeche dijo que “esta experiencia nos ayuda a aprender de estos dos santos que nos enseñaron a reconocer lo que Dios puede hacer en nosotros a pesar de todos nuestros límites”. El religioso comentó luego que “somos pecadores pero existe un Dios que nos ama, nos perdona, quiere lo mejor para nosotros y nos acoge; estos dos santos nos recuerdan esto”.


Este sábado, el papa Francisco recibe por la mañana a los seguidores de los grupos de oración de Padre Pío, al personal de la Casa Alivio del Sufrimiento y a los fieles de la archidiócesis de Manfredonia-Vieste-San Giovanni Rotondo.

Durante los días siguientes, las reliquias permanecerá siempre en la basílica de San Pedro. El martes 9 de febrero por la mañana, el Santo Padre presidirá una misa para los Hermanos Menores Capuchinos de todo el mundo.

El 10 de febrero, en Roma, tendrá lugar la solemne celebración eucarística del Miércoles de Ceniza presidida por el Pontífice y la ceremonia del envío de los Misioneros de la Misericordia, unos 700 sacerdotes y religiosos enviados por el Papa a predicar y confesar, con la potestad de absolver también los pecados reservados a la Sede apostólica.

Sobre el perdón del pecado de aborto con motivo del Jubileo de la Misericordia, monseñor Fisichella recordó, respondiendo a Zenit, que dicho pecado lo pueden perdonar en cualquier tiempo los obispos, y según su discrecionalidad pueden habilitar a algunos sacerdotes para que lo perdonen en sus diócesis. En cambio, “durante este Año de la Misericordia, el Papa Francisco dio la facultad a todos los sacerdotes del mundo de absolver del pecado de aborto”. Los Misioneros de la Misericordia además podrán perdonar los cinco pecados reservados a la Santa Sede, entre los cuales la profanación eucarística.

El 11 de febrero, después de la santa misa presidida por monseñor Fisichella, parten las reliquias de San Pío hacia la ciudad de Pietrelcina. Y a las 15 horas llegará a Piana Romana (fracción rural del pueblo donde el Capuchino recibió por primera vez los estigmas). Después de una liturgia de acogida, la urna del Padre Pío llegará a la iglesia conventual de la Sagrada Familia, donde permanecerá durante los días 12 y 13. Hasta el 16 estará en otros lugares, como en el hospital Casa Alivio del Sufrimiento, fundada por el padre Pío, cuando su cuerpo incorrupto llegará al santuario de San Giovanni Rotondo.