El Papa ha reconocido las "virtudes heroicas", primer paso para la beatificación, del sacerdote vasco José María Arizmendiarrieta (19151976), fundador de la Corporación Mondragón, que en la actualidad reúne a más de 100 cooperativas y es el principal grupo empresarial del País Vasco, con marcas tan conocidas como los electrodomésticos Fagor y los supermercados Eroski.

Francisco aprobó los decretos que reconocen dichas virtudes durante una audiencia celebrada el lunes con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Angelo Amato.

"Se culmina de esta manera la primera fase del proceso de canonización, por la que la Iglesia sanciona, oficialmente y para siempre, como modelo de comportamiento al sacerdote vasco. Éste vivió con humildad, entregado a resolver los problemas de los demás mientras inspiraba, desde valores humanistas cristianos, la construcción del mayor grupo empresarial del País Vasco", explica una nota en la web dedicada al proceso de canonización del sacerdote (www.canonizacionarizmendiarrieta.com).

"Se trata, por tanto, de un modelo susceptible de imitar por cristianos de todo el mundo, lo que resulta de especial importancia en un momento en el que la humanidad está buscando un modelo económico que concilie la eficacia empresarial y el desarrollo humano. La Misa de Acción de Gracias se prevé celebrar en la iglesia del Buen Pastor, de Donostia, el 23 de abril 2016, coincidiendo con la finalización de los actos conmemorativos del Centenario de su nacimiento", añaden los promotores de su canonización.


Arizmendiarrieta en 1937, con 22 años,
en la catedral de Burgos, de soldado


José María Arizmendiarrieta nació en el municipio vizcaíno de Markina-Xemein el 22 de abril de 1915 y falleció el 29 de noviembre de 1976 en Mondragón. Con doce años ingresó en el Seminario Menor de Castillo-Elejabeitia y concluyó su formación el Diocesano de Vitoria. Durante la Guerra Civil española (19361939) estuvo preso mes y medio en la cárcel de Larrinaga de Bilbao por militar en el Partido Nacionalista Vasco (PNV), entre otros cargos de los que finalmente fue absuelto.

El 21 de diciembre de 1940 se ordenó como sacerdote y un año más tarde fue trasladado a Mondragón como coadjuntor de la parroquia de San Juan Bautista.

Esta localidad del corazón de Guipúzcoa se convirtió a partir de ese momento en el centro de una experiencia económica insólita, centrada en el concepto de cooperativa, que generó un interés internacional sin precedentes.


Arizmendiarrieta en 1955, con 40 años, y bicicleta
(luego la sustituiría por una moto)


Arizmendiarrieta buscaba reconciliar socialmente a la gente y cerrar las heridas abiertas por la Guerra Civil, promoviendo una nueva cultura obrera, que fomentara la formación de los trabajadores y permitiera su acceso a la gestión y a los beneficios de la empresa. Así nacieron las cooperativas -hoy más de cien- que integran la Corporación Modragón.

Una frase que promulgó Arizmendiarrieta y se ha divulgado bastante es esta: “Construir el cooperativismo no es ir en contra del capitalismo, sino que cuando el sistema capitalista no es útil, el cooperativismo debe superarlo y con esta finalidad debe asimilar sus métodos y dinamismo".

En 1943, Arizmendiarrieta creó una escuela politécnica, que dio lugar posteriormente a la Universidad de Mondragón (www.mondragon.edu). Los estudiantes de esta escuela enseguida aprendían los principios cooperativistas y los ponían en práctica.

En los años cincuenta, Arizmendiarrieta y algunos graduados de la escuela fijaron la primera empresa cooperativa Ulgor, que pronto se amplió y diversificó convirtiéndose en Fagor y posteriormente creó Mondragón Corporación Cooperativa (MCC).

Después se creó la Caja Laboral Popular como sociedad cooperativa de crédito, una caja de ahorros cooperativa que permitía a los miembros cooperativistas el acceso a los servicios financieros a la vez que proporcionó fondos a Mondragón Corporación Cooperativa para expandirse como grupo empresarial.

Se considera que Mondragón Corporación Cooperativa es hoy el mayor grupo empresarial cooperativista del mundo presente en varios países de Europa, Asia y América.


En 2012 el cardenal Turkson, presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz del Vaticano, alababa la forma en que Mondragón encarna los deseos de la Iglesia para el movimiento cooperativista.

"La obra del P. Arizmendarrieta y su influencia discreta pero constante junto al grupo de más de cien jóvenes formados por él, “óptimos cristianos, más aún verdaderos apóstoles”, que fundaron una empresa capaz de llevar los principios evangélicos de justicia social y de igualdad en el mundo del trabajo, es verdaderamente un punto de referencia para introducirse en esa “lógica del don” que, como ha afirmado el Santo Padre Benedicto XVI, debe informar también la vida económica", proclamó.

(En el mismo decreto el Papa ha reconocido las virtudes de otras dos religiosas españolas, Madre Riquelme, fundadora en Granada, y Mª Esperanza de la Cruz, misionera en China; más datos sobre ellas aquí)