«Jorge Loring, el apologeta jesuita que llenaba plazas de toros»: así titulaba este martes Juan G. Bedoya su obituario en El País, donde destacaba que miles de personas en todo el mundo acudían a sus conferencias, y en particular en el ámbito obrero: "Durante 25 años dio conferencias cada mes en tres factorías navales de Cádiz, ante 3.000 o 4.000 obreros cada una. Nunca decepcionaba. Parecía haber adivinado lo que ahora se atribuye al Papa Francisco: que ´no se puede anunciar a Cristo con cara de cementerio´. No lo hacía Jorge Loring ni siquiera para argumentar sobre fuegos e infiernos bajo la Tierra".

El responsable de Religión del diario de Prisa recuerda asimismo su éxito en Youtube, donde hay colgados más de mil vídeos suyos ("reina en Internet como nadie con sotana"), y también literario: 1.300.000 ejemplares vendidos de Para salvarte.

Bedoya cita su frase sobre Francisco, difundida en la Red el 11 de diciembre: “Dios cuida su Iglesia hasta el fin del mundo. En cada momento pone el Papa adecuado. ¡Parece que este está para purificar la Iglesia!”. Y da cuenta del funeral celebrado en Málaga, donde su hermano Jaime, también jesuita, evocó la inagotable actividad del padre Loring a sus 92 años, con cientos de correos diarios que contestar añadidos a sus actividades tradicionales habladas y escritas.

"Brillante apologeta, de los que no abundan ya en la Iglesia romana, las ideas más recias del padre Loring estaban más cerca de Trento que del Vaticano II, aunque fue adaptándose poco a poco a los nuevos tiempos eclesiales. ´Querría ser amable con todos, pero no siempre puedes decir lo que los otros quieren oír´, se disculpaba. Esta es una de sus últimas proclamaciones: ´La Iglesia siempre ha enterrado a sus enterradores´”, concluye Bedoya.