Pablo Boccanera Rostán, presidente de la Asociación Familias para la Acogida en España y él mismo, junto a su mujer Elizabeth y sus dos hijas mayores, familia de acogimiento de dos niños.

De origen italiano él (de Recanati, tierra del gran poeta Leopardi) e irlandés ella, la vocación al acogimiento la tenían ya de muchos años, donde cada domingo se hacían kilómetros para colaborar en un Cottolengo de Don Orione. Tan fuerte es la vocación de ambos, que cuando se casaron, ante la imposibilidad de mover a todos los amigos e internos del Cottolengo, celebraron la boda en el mismo Cottolengo.


- Estamos casados desde hace 23 años y tenemos cuatro hijos, dos niñas de 22 y 20 años y dos pequeños en acogimiento, de 8 y 6 años. Nos decidimos a acoger por un agradecimiento a lo que se nos ha dado en la vida, una sobreabundancia que hemos recibido desde siempre y que nos impulsó a descubrir de qué iba el acogimiento, sobre todo después de ver el camino que otros ya habían hecho. Que eran personas normales que iban a fondo en la vida, que deseaban algo más y que no eran “extraterrestres”. Al escuchar algunos testimonios de familias, sentimos esta llamada en el corazón que no podíamos dejar de intentar verificar en nuestras vidas.

- El cambio ha sido enorme. Después de muchos años fue un “volver a descubrir” tantas cosas ya casi olvidadas (pañales, noches en vela, etc.). Fue una “renuncia” a una comodidad a la que estamos todos acostumbrados y de la que siempre nos cuesta salir. Pero el mayor cambio han sido en los niños, que han desarrollado (dentro de sus minusvalías) un montón de aspectos, del cual destacaría el afectivo, que se ha disparado en ellos al punto de manifestarlo con una claridad que impresiona, lo cual no era así cuando les conocimos. Y esto es una cosa que se expresa muy claramente en el ámbito familiar, pues en las residencias estaban muy bien cuidados, pero los incentivos y la dinámica son distintos en una familia.

El día a día es intenso, con bastantes medicinas, horarios un poco extensos, algunas jornadas de mucho cansancio, pero con una recompensa enorme: “Tuve hambre y me diste de comer. Tuve sed y me diste de beber. Estuve desnudo y me vestiste, solo y me visitaste.” Podemos decir que, sin ahorrar el sacrificio, estamos viviendo el cumplimiento de la promesa que Cristo también nos hizo cuando nos dijo que el que lo siga a Él recibirá el ciento por uno aquí, y también la vida eterna.

- Podemos decir que estos niños minusválidos son un testimonio para toda la sociedad que hoy en día valora tan poco la vida humana. Cuando la gente se entera de que hemos acogido a niños en estas condiciones, lo primero que sale es decir: “Ya se han ganado el Cielo”, como algo futuro. Y nosotros les decimos que es verdad, pero que nos lo hemos ganado aquí, pues tenerlos con nosotros es tener un pedazo de Cielo en casa.
 
Hace un tiempo atrás, dos amigas de nuestra hija de 20 años, que conocen a los niños y con los que tienen una relación preciosa, pues siempre que los ven los cogen en brazos y los niños se ríen con ellas, olvidándose por un momento de ellos trataban de justificar el aborto para los casos de minusvalía y decían, “pues ¿qué sentido tiene la vida de un ser humano que no se entera de nada?” Mi hija, entonces, les contestó: “¡Ah! ¡Cómo mis hermanos!” Y se quedaron mudas… Luego les dijo: “Pues lo mejor es darles la vida y, si las madres no los quieren, darlos en adopción o acogimiento como hicieron las madres de mis hermanos, que nos ha hecho muy felices a nosotros”. A los pocos días una de estas chicas le confesó a nuestra hija que, después de esa conversación, había tomado conciencia de que hasta que conoció a nuestros dos hijos pequeños defendía el aborto, pero que ahora había tenido que cambiar de opinión. Lo cierto es que ante una realidad que se impone, sólo hace falta abrir los ojos y el corazón.


- Familias para la Acogida es una asociación de familias (nacida en 1982 en Italia, en España desde el año 2000 y presente en Madrid, Barcelona, Valencia y Tenerife), que han abierto su casa a personas desconocidas con dificultades, para compartir con ellas sus necesidades. Sentirse acogidos y amados es una experiencia indispensable para el crecimiento integral de una persona, y la familia es el primer ámbito natural de acogida. Una cierta cultura presente ya en toda la sociedad occidental considera que la experiencia familiar es un hecho privado que se vive de modo cerrado en sí mismo, e influye en su estructura proponiendo modelos individualistas muy diferentes a los de la tradición de los pueblos.

La asociación pretende ayudar a las personas y a las familias a vivir concretamente el valor de la familia como lugar fundamental del crecimiento y de la acogida de la persona, y a profundizar en su significado cultural y difundir su importancia social, constituyéndose de hecho en una red de familias. Trabajamos en colaboración con la Administración, con las Residencias e Instituciones, etc. Tenemos muchos socios, que son nuestra única fuente de sostenimiento, que por suerte expresan con sus aportaciones una enorme gratuidad. Nuestra identidad cristiana no es un impedimento para relacionarnos con nadie, todo lo contrario, es el factor que nos permite que podamos reconocernos mutuamente con todas las personas que se acercan a nosotros, unidos por Alguien más grande.


Tenemos en marcha varias cosas. Lo primero, y que venimos haciendo desde hace años como método de trabajo de la Asociación, son los encuentros entre familias, agrupados por realidades (acogimiento, adopción y discapacidad) y con objetivos muy concretos de acuerdo a cada realidad. Lo segundo, estamos desarrollando un proyecto llamado “Esta es tu Casa”, que ha sido premiado y subvencionado íntegramente por la Fundación Vodafone España, cuyo principal objetivo es utilizar las nuevas tecnologías para promover el acogimiento familiar y la adopción, haciendo que sea cada vez más conocido y valorado socialmente, así como también ofrecer nuevos canales de formación y/o acompañamiento a las familias que acogen y/o adoptan, a nivel nacional.

Para más información: www.familias-acogida.es