La cantante y evangelizadora Mariana Valongo, venezolana afincada en España desde hace 6 años, ha lanzado recientemente su videoclip Dulce Nombre de María, que está integrado en su álbum de 2020 "Como el sol".

Mariana es mariana desde el nombre, incluso desde el vientre de su madre, y explica a Cari Filii como su vida está enraizada en la devoción a la Virgen.

"Me crié en la devoción a la Inmaculada Concepción", cuenta. "Mi madre y mi abuela fueron bautizadas y confirmadas en el día de la Inmaculada Concepción. Yo era el cuarto bebé en la familia. Mi mamá soñó con la Inmaculada, y Ella le mostró que estaba embarazada y mamá supo que yo sería una niña. Me consagró a la Inmaculada y yo siempre tuve una imagen de la Inmaculada en mi habitación. Y, fíjate, ahora estamos en España, que tiene a la Inmaculada por patrona".



Mariana con su hija Paula y una de las virgencitas de crochet que hace su amiga Carito

La cantante cuenta que también mantiene la devoción a la Virgen de la Consolación, patrona de su ciudad, San Cristóbal, capital del estado Táchira en Venezuela. "Y en casa somos también devotos de la Virgen del Carmen, porque hemos trabajado mucho con carmelitas", añade.

Acompañada por la Virgen, también en momentos duros

Mariana dio a luz a su bebé Paula hace unos meses y la disfruta como una bendición, como se puede ver en el videoclip. Antes sufrió dos veces la dura experiencia del aborto espontáneo. "Perdí dos bebés, tengo dos hijos ya en el cielo. En esos momentos duros sentí que la Virgen me confortaba y acompañaba", nos explica.

Ahora que Mariana es madre se da cuenta de que "deseo ser una buena mamá, y meditar en la Virgen me ayuda; yo siempre recé el rosario, pero antes lo hacía sola y ahora muchas veces o hago con mi marido. En sus misterios contemplamos la vida de María, su cercanía a Jesús. Ella era madre y también discípula, y así me siento yo ahora".



Alegres y cantando, como María en el Magníficat

Mariana y su marido se encomiendan también a la Virgen cuando colaboran en actividades de evangelización, como músicos o predicadores o responsables de oración. "María nos enseña a cantar, a maravillarnos, a alegrarnos, como hizo al cantar el Magníficat. Ella alaba al Creador y podemos aprender de ella, de su alabanza, de su forma de regocijarse alegre en Dios", exhorta.

En su último vídeo de tema mariano aparece vestida con los colores de la Inmaculada, azules suaves, blancos... "No estaba buscado, es casualidad", dice ella riendo. "La canción me la concedió el Espíritu Santo. Fue el día del Dulce Nombre de María de 2018, que yo estaba rezando y meditando sobre este título... y me fue brotando la canción. Es un tema que busca exaltar a María desde la sencillez".

Evangelizar con la música: un don y un deber

Mariana está convencida de que la música es un don que da Dios y que es hoy importantísimo para transmitir la fe, para dar a conocer a Dios, a Jesús, a la Virgen y su amor.

"No debe olvidarse la música cristiana clásica o antigua, también sirve al Señor. Pero está saliendo mucha música bonita y rica, con letras basadas en la Palabra de Dios, en los sacramentos, y la Iglesia debería apoyarlo más. Obispos, sacerdotes y parroquias deberían potenciar más la música católica. Por ejemplo, cada parroquia debería tener al menos un evento mensual de música católica. En España he descubierto que hay muchos músicos entusiastas del Señor, pero muy poco aprovechados por la Iglesia. En Latinoamérica la Iglesia aprovecha mucho más a los músicos", exhorta.

Respecto a los vídeos de música cristiana, cree que aportan algo nuevo. "Hoy la gente no sólo quiere escuchar las canciones, sino que quiere ver la cara del cantante, saber más de él, saber de su vida, de su testimonio de fe... hay que hacer buenos vídeos, es un servicio para Dios. Los músicos católicos estamos dedicando tiempo y dinero y esfuerzo para hacer buenas canciones y buenos vídeos, y hay que colaborar en que se difundan más".

María también fue adolescente

¿Cómo presentar la Virgen a los jóvenes de 15 años de 2020, o a los de 2035, cuando su bebé tendrá esa edad? "A los adolescentes hay que recordarles que María casi seguro era una adolescente, quizá una chica de 15 años, cuando dijo sí a Dios y quedó embarazada. Ella se parece así a cualquier adolescente, con sus cosas... a los de hoy y a los de cualquier época. Al final, todos estamos invitados a ese sí a Dios".

Artículo publicado originalmente en Cari Filii.