Caroline Celico, esposa del jugador merengue y de la selección de fútbol de Brasil, Kaká ha roto su silencio y ha revelado la frustración que siente con respecto a la iglesia evangélica "Renacer" -a la que pertenecía desde los quince años- afirmando que ahora ha optado por vivir una "libertad espiritual" en Jesús.

Celico que se encuentra en Brasil promocionando el CD que grabó hace unos meses junto a su esposo ha hablado con la prensa sobre cómo vive hoy su fe cristiana. "He madurado en asuntos que eran tabúes para mi…”, dijo Carol Celico a la revista brasilera Istoé, afirmando que está viendo los frutos de “una auténtica libertad espiritual”.

"Ya no pienso más como aquella Carol, más inmadura, influenciable. Quiero seguir mi camino con mis propias piernas", ha dicho la esposa del crack brasileño.

Entre las cosas de las que se arrepiente Carol están, por ejemplo, aquellas declaraciones en 2009 en las que afirmaba que era Dios quien había dado al Real Madrid el dinero suficiente para la contratación del entonces niño mimado del FC Milan pese a estar ya en plena crisis mundial económica. "Me arrepiento profundamente de la declaración. La escuché de otra persona y la repetí", precisa, señalando que considera que este episodio revela el “fanatismo” que la dominaba.

Carol y Kaká dejaron formalmente de pertenecer a la iglesia Renacer en Cristo, de Sao Paulo, hace dos años. La pareja no asiste actualmente a ninguna iglesia y prefiere orar en su casa, en familia, y recibe atención espiritual puntual.

Según Celico, ve ahora que su participación en la iglesia evangélica brasileña se volvió un tanto excesiva. Su madre -católica practicante- intentó de disuadirla pero sin resultados. "Trató de alejarme de la iglesia (Renacer), pero cada vez que lo hacía, yo me involucraba más y más".

Las riñas y discusiones fueron continuas y hasta tal punto que Celico revela que incluso llegó a tirar “sus cosas religiosas y romper una pulsera. Era un fanática", admite.

Afirma también que en los últimos años ha madurado y ha cambiado su relación respecto a la fe de su madre, y que si en un futuro sus hijos decidiesen otro camino en el plano espiritual, sabría respetar sus decisiones pues “la religión no cambia el amor de una madre por un hijo”.


Sostiene además que para muchos era una "superpastora, una superheroína de la fe pero que en realidad cuando volvía a casa maltrataba a quien trabajaba en las labores domésticas… "porque no podía dar lo que no había recibido".

Para ella, la iglesia Renacer "se convirtió en un negocio que necesitaba ser administrado. Yo no quería esto en mi vida".

En una entrevista concedida a la revista Folha después de que abandonara el grupo evangélico explicó que se había distanciado de la teología de la prosperidad predicada por esta iglesia. “Yo creía (entonces) en cosas que no estaban en la Biblia” dijo refiriéndose a los abusos en la recaudación de dinero.