El pasado jueves 27 de octubre recibía el doctorado "honoris causa" en la Universidad de Navarra (www.unav.es) el cardenal húngaro Peter Erdö, el segundo más joven del colegio cardenalicio (tiene 59 años, uno más que el cardenal Marx, de Munich). Preside desde 2006 el Consejo de Conferencias Episcopales Europeas, por lo que se considera el "presidente de los obispos europeos" y un observador con mirada amplia del Oriente y el Occidente del Viejo Continente. En la Universidad de Navarra accedió a hablar con nosotros de política, Europa y de su papel como enviado del Papa al conflicto de la Universidad Católica de Perú.


- Europa es una realidad más grande que la Unión Europea, y más grande que las facciones y partidos. Se habla de gobiernos "de derechas" en Europa, pero entre ellos hay democristianos, conservadores, otras variedades... y no se orientan por valores cristianos. La población también es plural, con protestantes, católicos, ortodoxos... En Europa la política parece centrarse en la economía como si fuese algo indiferente al partido, basándose solo en temas monetarios y de mercado. Los obispos hablamos de justicia social, de vida humana, etc... siguiendo nuestra fe, no pensando en los programas de los partidos.


- La doctrina social de la Iglesia es, ante todo, para católicos. El fiel católico goza de justa autonomía en su trabajo para la transformación del mundo, pero ha de tener presente el Magisterio. Estas enseñanzas interesan a algunos políticos. Hace pocos días, por ejemplo, se fundó en Hungría un grupo transversal de políticos católicos de diversos partidos. La Iglesia además habla a todo hombre de buena voluntad. Pero creo que lo que sucede no es que los políticos no entiendan a la Iglesia: es que no entienden la realidad, lo que pasa. Además, se supone que los votantes eligen según el programa y la lógica, la razón; pero en realidad lo que prevalece es la mera publicidad. Hay programas electorales de partidos que ya ni siquiera hacen promesas.


- Ya en época comunista se decía que Hungría era el menos comunista, el más liberal de los países del Bloque Oriental. La élite húngara tenía buena imagen y contactos en Occidente. Al caer el comunismo, muchos grupos occidentales compraron las propiedades estatales privatizadas, fábricas, etc... pero esa riqueza no revertía en el país. Luego, al entrar en la UE, la agricultura húngara no podía competir con las subvenciones a la agricultura de socios más antiguos. El resultado es que el país y el Estado se endeudaron mucho. Todo esto culminó en los últimos 4 años con una conciencia social de que muchas cosas tenían que cambiar y debía atenderse a la persona más que a las estadísticas. El actual gobierno logró dos tercios de los votos, y eso permitió cambiar la Constitución.


- Es verdad que en esas nuevas leyes fundamentales hay voluntad de respetar algunos valores que la Iglesia defiende. Pero, atención, los que lo promueven en el Gobierno no son católicos, son sobre todo políticos protestantes. Y es cierto también que hay algunas imperfecciones, porque es una legislación apresurada, con elementos contradictorios. Además, la ley escrita no vale lo mismo en todos los países. En cualquier caso, en Hungría el aborto sigue activo, se sigue aplicando la ley permisiva de los años 90, está intacta. Los principios constitucionales no son realmente rígidos y en el país se mantiene mucha herencia de materialismo mezquino de origen comunista. En Hungría perdemos 40.000 habitantes cada año, por el envejecimiento y la falta de natalidad.


- No entro en legislaciones concretas, pero recientemente el Consejo de Europa, en Estrasburgo, votó contra unas leyes que pretendían limitar la objeción de conciencia de los médicos y eso ha de ser un referente para los estados. Por un lado, pienso que si un médico no está dispuesto a hacer esas intervenciones, puede ser adecuado que se sepa, que lo diga. Pero yo recuerdo la época comunista en Hungría: el padre de un compañero mío, ginecólogo cristiano, fue despedido y se le prohibió ejercer por negarse a practicar abortos. También a mi padre, que era jurista, le impidieron ejercer porque se sabía que era persona religiosa.


- ¡Ese caso se parece mucho a la época comunista! Entiendo que es un país abstracto, una hipótesis, que no me refiero a ningún país concreto. Un cristiano en esa situación puede tener que renunciar a participar en política de partido, pero no puede renunciar a transformar el mundo, con su honestidad y trabajo, aunque no llegue a ser ministro. Mi padre decía que el precio de la autenticidad era la modestia.


- En el Foro Católico-Ortodoxo Europeo tenemos ya una experiencia muy buena. No debatimos de dogmática, de teología... eso lo dejamos a la Santa Sede. Allí hablamos de temas sociales y morales y, en casi todos ellos, católicos y ortodoxos pensamos lo mismo. Tenemos ya una gran unidad en lo práctico, y a nivel europeo se nota en las acciones de los gobiernos de países ortodoxos. Además, la Iglesia ortodoxa recibe apoyo estatal en Rusia, porque buena parte de la clase política entiende el peligro que representa una sociedad sin moralidad, nihilista. Sin moral, ¿cómo combatir la corrupción? Y por otra parte, la fe ortodoxa integra lo mejor de la cultura de muchos países. Recuerdo, aún en época comunista, que el Coro de la Ópera de Bucarest vino a Hungría, querían ofrecer algo muy rumano, que fuese bello, clásico... ¡fue un impresionante concierto de música sacra ortodoxa! Era lo mejor de su cultura, incluso bajo el comunismo.


- Es evidente que se necesita una nueva evangelización en muchos sitios. Pero pensemos, por ejemplo, en Albania: ¡el comunismo no dejó allí ni una iglesia, ni un sacerdote! Y hoy, sin embargo, hay allí una Iglesia viva con seminario, vocaciones, obra social, hasta una universidad católica. En toda Europa Oriental los católicos de ritos orientales han resurgido y expresan su fe. Hay muchos signos positivos.


- No he estado nunca en Perú, aunque de niño leía sobre este país y me parecía muy romántico. Pero participé en la fundación de la Universidad Católica de Budapest, de la que fui rector. También fui profesor 16 años en la Universidad Gregoriana, de Roma. He escrito instrucciones superiores, acuerdos Iglesia-Estado, y espero poder aportar mi experiencia en el mundo educativo. El caso concreto de la Universidad Católica de Perú he de estudiarlo, ver como es el derecho estatal peruano, pero ya conozco bien el derecho concordatario del país. Me presentaré allí con corazón abierto, para conocer la realidad concreta y llevando el mensaje de Cristo. Y con oración y ayuno.

 
Un experto de derecho canónico

Péter Erdö es el mayor de seis hermanos. Pese a las restricciones del sistema comunista húngaro, estudió con los escolapios hasta que descubrió su vocación sacerdotal y fue ordenado en 1975. Impulsó el nacimiento de la Universidad Católica Péter Pázmany (que bajo el comunismo se originó como una academia teológica en Budapest). Es experto en derecho canónico medieval y en teología del derecho canónico. Desde 2003 es cardenal.