San Francisco de Sales, obispo y escritor espiritual del siglo XVI y XVII en Francia, es santo patrono de los periodistas, escritores y comunicadores desde hace cien años. 

Así lo estableció Pío XI con su encíclica "Rerum Omnium Perturbationem" el 26 de enero 1923. Pío XI escribió la encíclica al cumplirse 3 siglos de la muerte del santo obispo francés. Ahora ya son 4 siglos.

Pío XI valoraba de Francisco de Sales que "fue un modelo de santidad que no era severo y triste, sino amable y accesible a todos, pudiendo decir con toda verdad sobre él: Su conversación no tiene nada de amargura, ni vivir con él da aburrimiento, sino alegría".

Con tenacidad, humildad y folletos, en la región de Chabalis devolvió al catolicismo a numerosos cristianos que se habían pasado al calvinismo.

En sus más populares libros espirituales (Introducción a la Vida Devota y Tratado del Amor de Dios) muestra, diec Pío XI, una santidad sin aspereza, "perfectamente compatible con todo oficio y condición de la vida civil, y cómo en medio del mundo todos pueden seguir un camino adecuado para la salvación del alma, siempre que se permanezca inmune al espíritu mundano".

En 1610, con Santa Juana de Chantal, fundó las visitandinas o salesas (Orden de la Visitación). En 1877 Pío IX le proclamó Doctor de la Iglesia.

El Papa Francisco ha querido recordar su figura en su "Mensaje para la 57ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales" (la Jornada se celebra cada 24 de enero, fiesta del santo obispo y escritor).

"Palabras dulces multiplican los amigos"

Francisco recuerda que recientemente le dedicó la Carta apostólica Totum amoris est, con motivo de los 400 años de su muerte.

Alaba del santo obispo francés que "su actitud apacible, su humanidad, su disposición a dialogar pacientemente con todos, especialmente con quien lo contradecía, lo convirtieron en un testigo extraordinario del amor misericordioso de Dios. De él se podía decir que «las palabras dulces multiplican los amigos y un lenguaje amable favorece las buenas relaciones» (Sirácida 6,5). Por lo demás, una de sus afirmaciones más célebres, «el corazón habla al corazón», ha inspirado a generaciones de fieles, entre ellos san John Henry Newman, que la eligió como lema, Cor ad cor loquitur".

Añade el Papa Francisco que "“amando bien”, san Francisco logró comunicarse con el sordomudo Martino, haciéndose su amigo; por eso es recordado como el protector de las personas con discapacidades comunicativas".

Además, "San Francisco de Sales repartió numerosas copias de sus escritos en la comunidad ginebrina. Esta intuición “periodística” le valió una fama que superó rápidamente el perímetro de su diócesis y que perdura aún en nuestros días. Sus escritos, observó san Pablo VI, suscitan una lectura «sumamente agradable, instructiva, estimulante». Si vemos el panorama de la comunicación actual, ¿no son precisamente estas características las que debería tener un artículo, un reportaje, un servicio radiotelevisivo o un post en las redes sociales? Que los profesionales de la comunicación se sientan inspirados por este santo de la ternura, buscando y contando la verdad con valor y libertad, pero rechazando la tentación de usar expresiones llamativas y agresivas", añade el Papa Francisco... que en sus diez años de Pontificado ha destacado por usar muchas expresiones llamativas.

La comunicación que "sueña" el Papa Francisco

Después, el Papa Francisco escribe: "Sueño una comunicación eclesial que sepa dejarse guiar por el Espíritu Santo, amable y, al mismo tiempo, profética; que sepa encontrar nuevas formas y modalidades para el maravilloso anuncio que está llamada a dar en el tercer milenio. Una comunicación que ponga en el centro la relación con Dios y con el prójimo, especialmente con el más necesitado, y que sepa encender el fuego de la fe en vez de preservar las cenizas de una identidad autorreferencial. Una comunicación cuyas bases sean la humildad en el escuchar y la parresia en el hablar; que no separe nunca la verdad de la caridad".

Palabras de paz en tiempos de guerra

Estando Europa enfrascada en la guerra de Ucrania y sus consecuencias que afectan a todo el mundo, el Papa dedica parte de su mensaje a hablar de cómo construir una cultura de la paz con la comunicación.

Una lengua suave quiebra hasta un hueso», dice el libro de los Proverbios (25,15). Hablar con el corazón es hoy muy necesario para promover una cultura de paz allí donde hay guerra", exhorta el Pontífice.

"Es necesario vencer «la costumbre de desacreditar rápidamente al adversario aplicándole epítetos humillantes, en lugar de enfrentar un diálogo abierto y respetuoso». Necesitamos comunicadores dispuestos a dialogar, comprometidos a favorecer un desarme integral y que se esfuercen por desmantelar la psicosis bélica que se anida en nuestros corazones; como exhortaba proféticamente san Juan XXIII en la Encíclica Pacem in terris, la paz «verdadera puede apoyarse únicamente en la confianza recíproca» (n. 113). Una confianza que necesita comunicadores no ensimismados, sino audaces y creativos, dispuestos a arriesgarse para hallar un terreno común donde encontrarse", añade.

Como en la Guerra Fría: rechazar "toda retórica belicista"

Francisco compara nuestros días con la Guerra Fría y la época de Juan XXIII. "Como hace sesenta años, vivimos una hora oscura en la que la humanidad teme una escalada bélica que se ha de frenar cuanto antes, también a nivel comunicativo. Uno se queda horrorizado al escuchar con qué facilidad se pronuncian palabras que claman por la destrucción de pueblos y territorios. Palabras que, desgraciadamente, se convierten a menudo en acciones bélicas de cruel violencia. He aquí por qué se ha de rechazar toda retórica belicista, así como cualquier forma de propaganda que manipule la verdad, desfigurándola por razones ideológicas. Se debe promover, en cambio, en todos los niveles, una comunicación que ayude a crear las condiciones para resolver las controversias entre los pueblos".

Esto se puede aplicar también a la espiritualidad del cristiano, sugiere. "En cuanto cristianos, sabemos que es precisamente la conversión del corazón la que decide el destino de la paz, ya que el virus de la guerra procede del interior del corazón humano. Del corazón brotan las palabras capaces de disipar las sombras de un mundo cerrado y dividido, para edificar una civilización mejor que la que hemos recibido. Es un esfuerzo que se nos pide a cada uno de nosotros, pero que apela especialmente al sentido de responsabilidad de los operadores de la comunicación, a fin de que desarrollen su profesión como una misión".

El texto completo del "Mensaje para la 57ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales" se puede leer aquí.