Este lunes por la mañana el Papa Francisco recibió en la Sala Clementina del Vaticano a 60 padres y voluntarios de la Asociación "Una Vida Rara" (www.unavitarara.it), que lucha contra las enfermedades minoritarias. 

Escuchó atentamente y agradeció las palabras de Giorgio, presidente de la Asociación y padre de Davide, afectado por el Sindrome Allan-Herndon-Dudley. 

El Papa expresó su admiración: "Siempre me impacta la voluntad de las familias de ponerse juntos para enfrentar esta realidad y hacer algo para mejorarla”. Dirigiéndose directamente a "Giorgio y Rosita", padres de Davide, quiso señalar al impulso que sintieron para "hacer algo por él y por las personas afectadas por una enfermedad rarísima y por sus familias".




El "nombre" de la Asociación “Una Vida Rara”, apuntó, “dice mucho, porque expresa la realidad de Davide, pero también la vuestra con él, en modo positivo, no negativo. Porque lo negativo está en lo cotidiano - precisa - pero, Francisco lee a través del nombre de la asociación la capacidad de estos padres de saber “mirar lo positivo: que toda vida humana es única, y que si la enfermedad es rara o rarísima, antes lo es la vida ”.


Esta mirada positiva de los padres de Davide, adoptado con pocos días de vida, es – según Francisco - un típico “milagro” del amor. Porque el amor “hace ver el bien también en una situación negativa, sabe custodiar la pequeña llamita en medio a una noche oscura”.

Y el otro milagro del amor, señala el Papa, es que “ayuda a permanecer abiertos a los otros, capaces de compartir, de ser solidarios también cuando se sufre una enfermedad o una condición difícil, fatigosa en lo cotidiano”.




En las palabras del Pontífice el agradecimiento a Dios también por  la carrera de 700 kilómetros, partida hace diez días desde la casa del pequeño Davide y que llegó a Roma, símbolo, también ella, de una actitud de apertura y solidaridad.