El Papa Francisco recibió este jueves con motivo de su vigésimo aniversario, a varias familias de la Federación de Asociaciones Católicas de Familias en Europa (FAFCE). Esta realidad asociativa, está llamada a trabajar “para que Europa siga considerando a la familia como su tesoro más precioso”, indicó el Santo Padre.

“Las familias no son piezas de museo sino que a través de estas se concretiza el don, el empeño recíproco en la apertura generosa a los hijos, así como en el servicio a la sociedad”, dijo el Santo Padre, tal y como recoge Zenit.


El obispo de Roma reiteró así la importancia del servicio integral a la familia, “célula fundamental de la sociedad”, como recordó ante las autoridades de la Unión Europea y “levadura que ayuda a hacer crecer un mundo más humano y fraterno, donde nadie se sienta rechazado, ni abandonado”.

Francisco recordó que en su exhortación Amoris laetitia ha querido subrayar “como a partir de las familias podemos volver concreto el don a través de la belleza y la alegría del amor recíproco”.

El Pontífice añadió que “la unidad de todos los miembros de la familia y el compromiso solidario de las familias con toda la sociedad son aliados del bien común  y de la paz, también en Europa” y que “por lo tanto hoy más que nunca es necesaria una cultura del encuentro en el que se valoriza la unidad en la diferencia, la reciprocidad, la solidaridad entre las generaciones”.


Del mismo modo, indicó que Europa vive principalmente cuatro crisis: “la demográfica, la migratoria, la laboral y la educativa” las cuales podrían encontrar “horizontes positivos justamente en la cultura del encuentro”.

El Papa elogio también las iniciativas que realiza la FAFCE en Europa como “promover políticas concretas en favor de la familia en el sector económico y en el laboral, pero no sólo, con el objetivo de ofrecer un trabajo digno y adecuado para todos, en especial a los jóvenes que en muchas regiones de Europa sufren por la plaga del desempleo. En estas iniciativas, así como en las otras que tocan directamente el ámbito legislativo, debe prevalecer siempre la atención al respeto y a la dignidad de toda persona”.

El Pontífice señaló que el servicio se concretiza con “los más necesitados; con las personas con discapacidades; los huérfanos; en la solidaridad con los migrantes; en el arte paciente de educar que ve en cada joven un sujeto digno del amor familiar; en la vida de quien está por nacer, aún sin voz; en las condiciones de vida digna para los ancianos”.

El Papa Francisco concluyó su denso discurso con una triple exhortación: “Los aliento a desarrollar con creatividad nuevos métodos y recursos para que la familia pueda ejercitar, tanto en el ámbito eclesial como en el civil, la triple tarea de sostener a las nuevas generaciones; de acompañar en los difíciles caminos, algunas veces accidentados de la vida; y de guía que muestre referencias de valores y de significados en el camino de cada día. Esta triple misión puede ser una contribución específica que vuestra Federación, con su servicio cotidiano, ofrece a las familias de Europa”.