El Papa Francisco, que en este año de la Misericordia suele dedicar cada viernes a visitar alguna obra caritativa, ha acudido este viernes por la tarde a una casa hogar de Aldeas Infantiles (www.aldeasinfantiles.es) cerca de Roma.

Aunque Aldeas Infantiles es una organización no confesional, su fundador, el austriaco Hermann Gmeiner, era un católico devoto


Huérfano de madre desde los 4 años, el séptimo de ocho hermanos en una familia pobre de granjeros, como monaguillo ganaba un dinerito que le permitía ir a clase. En la Segunda Guerra Mundial, a los 20 años, en 1939, fue reclutado en el Ejército alemán y enviado al frente ruso donde pasó 6 años y fue herido cinco veces. 


  Hermann Gmeiner (19191986), fundador de Aldeas Infantiles, sobrevivió a 5 heridas en la Guerra Mundial en Rusia, y quiso servir a los niños huérfanos

En Rusia tuvo lugar el acontecimiento que llevaría a fundar Aldeas Infantiles y ayudaría a cientos de miles de niños. Un soldado ruso apuntaba a Hermann y estaba a punto de matarlo, pero un niño campesino ruso, de 7 años, empujó el brazo del soldado y desvió el tiro. Ese niño se había hecho amigo suyo. En una entrevista en 1962 Hermann explicó que entonces hizo voto de pagar a ese niño ayudando a los niños del mundo, especialmente a los huérfanos de guerra. De vuelta a Austria, en 1949 puso en marcha la primera de las Aldeas Infantiles, en Imst, en el Tirol. Era un modelo novedoso, muy distinto a los orfanatos.


Hoy la organización está presente en 133 países, con: 

- 800 aldeas infantiles y juveniles, con 60.000 niños y jóvenes alojados
- 131.000 niños y jóvenes en sus centros educativos
- Casi 400.000 personas beneficiadas de los Centros SOS Médicos
- 115.000 personas ayudadas en Centros SOS Sociales 



La intuición clave de Hermann Gmeiner para Aldeas Infantiles era que los niños necesitaban como mínimo 4 cosas

- Madre: una mujer que ejerza como madre adoptiva
- Hermanos: poder convivir fraternalmente con otros niños en casa 
- Casa: vivir unos cuantos en un hogar "propio" durante la infancia
- Aldea: aporta vecinos, amigos, vida comunitaria... y su director ofrece un modelo masculino, paterno


La aldea que visitó el Papa Francisco este viernes está compuesta por cinco casas y en cada una de ellas viven un máximo de seis niños y niñas hasta una edad máxima de 12 años, junto a su "mamá SOS". 

Los niños de la aldea mostraron al Papa la zona verde, la cancha de fútbol y el pequeño parque con juegos. También sus habitaciones y sus juguetes. El Papa escuchó sus historias y se detuvo a merendar con ellos. 

En la aldea hay también jóvenes que crecieron en ella, que decidieron quedarse cerca del Centro para seguir teniendo un punto de referencia y para echar una mano en las actividades cotidianas.