El Papa Francisco ha renunciado a leer la catequesis que tenía preparada para la habitual audiencia pública de los miércoles y la ha sustituido por un rezo del Rosario con los peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro de Roma, meditando con los Misterios Dolorosos, para apoyar con la oración a los afectados por el terremoto grado 6 en la escala de Richter que ha afectado al centro de Italia esta noche, causando más de 20 fallecidos y numerosos heridos. 

El Pontífice expresó al inicio de la audiencia su dolor por los efectos destructivos del seísmo y declaró su solidaridad y oraciones por las víctimas mortales, heridos y sus familiares.

Emocionado, aseguró que la oración y la «caricia y el abrazo de toda la Iglesia» los acompañarán, e invocó "el consuelo del Señor Jesús y la intercesión de la Virgen María". También animó a los  equipos de socorro y rescate a esforzarse en sus importantes tareas.

Estas fueron las palabras del Papa: "Había preparado la catequesis de hoy, como todos los miércoles de este Año de la Misericordia, sobre el argumento de la cercanía de Jesús. Pero ante la noticia del terremoto que ha sacudido el centro de Italia, devastando enteras zonas y dejando muertos y heridos, no puedo dejar de expresar mi gran dolor y mi cercanía a todas las personas presentes en los lugares afectados por los seísmos, a todas las personas que han perdido a sus seres queridos y a aquellas que aún se sienten afectadas por el miedo y el terror. Escuchar al Alcalde de Amatrice decir: “la ciudad ya no existe” y saber que entre los muertos existen también algunos niños, me conmueve mucho de verdad. Y por esto quiero encomendar a todas estas personas en los alrededores de Accumuli, Amatrice y en torno, en la diócesis de Rieti, de Ascoli Piceno y las otras en todo el Lacio y Umbría y en las Marcas, la oración y decirles que cuentan con la caricia y el abrazo de toda la Iglesia que en este momento desea abrazarlos con su amor materno, también con nuestro abrazo, aquí, en la Plaza".

Con un rosario en la mano, el Santo Padre puso a rezar a los peregrinos esta oración mariana, en lengua italiana, dirigiendo él mismo la oración.

El texto de la catequesis quedó aplazado para ser expuesto en la audiencia pública de la próxima semana. 


Lo peor del terremoto tuvo lugar a las 3.36 de la madrugada, con una magnitud de 6 en la escala Richter, entre las poblaciones de Amatrice y Accumoli, en la provincia de Rieti, en el Lazio. Le sucedieron unas cien réplicas, la mitad por encima de los 3 grados. La Asociación Voluntaria Italiana de Sangre (AVIS) en la provincia de Rieti convocó a donar sangre para abastecer a los heridos en el hospital San Camillo de Lellis.

Se han contado ya por la mañana más de 20 fallecidos [más de 37 pasado el mediodía] y el número de heridos es elevado. El alcalde de Amatrice ha asegurado que la mitad de la localidad ha sufrido daños. También en Norcia, cerca de Peruggia, los daños han sido cuantiosos.

Lea aquí cómo la Iglesia italiana se organiza para recaudar ayuda para las víctimas del terremoto

Aquí, en vídeo, las lágrimas del párroco de Amatrice, uno de los pueblos más afectados por el seísmo



Tras el rezo del Rosario, el Papa ha comentado brevemente algunos temas más, especialmente los ligados a la situación en Ucrania, donde empeora el conflicto con rehenes e ineficacia en la atención humanitaria. 

«En las últimas semanas, los observadores internacionales han expresado preocupación por el empeoramiento de la situación en Ucrania oriental. Hoy, unidos a esa querida nación que celebra su fiesta nacional, que coincide este año con el 25 aniversario de su independencia, aseguro mi oración por la paz y renuevo mi llamamiento a todas las partes implicadas y a las instancias internacionales para que refuercen las iniciativas para resolver el conflicto, liberar a los rehenes y responder a la emergencia humanitaria», declaró el Pontífice.

También recordó que se celebra la víspera de San Luis Rey de Francia y en sus  saludos a los peregrinos de lengua francesa aseguró también su oración por el pueblo de esta nación y por sus gobernantes: «Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua francesa. En la víspera de la fiesta de San Luis, rezo en particular por el pueblo de Francia y por sus gobernantes. Con fe atrevámonos a acercarnos a Jesús, a pesar de nuestros temores y debilidades. Él invita a la esperanza y nos acoge con misericordia».