Como es costumbre en un vuelo papal de regreso a Roma tras un viaje internacional, Francisco respondió este domingo 26 de junio a las preguntas de los periodistas volando de vuelta de Armenia, donde estuvo de viernes a domingo. Habló del Brexit y las tendencias separatistas en Europa, mencionando Escocia y Cataluña (léalo aquí con detalle) y de la necesidad de respetar a las personas homosexuales como pide el Catecismo (lo publicamos aquí). 

Por supuesto, comentó también el gran tema de su viaje: el genocidio armenio. Explicó que usó esta palabra ("genocidio") pese a que no estaba prevista en el discurso original y pese a que enfada a las autoridades turcas, porque ya la usó en su tiempo Juan Pablo II y porque considera que expresa bien las matanzas de inicios del siglo XX contra los armenios. Expresó además su convicción de que no tiene sentido el conflicto de Armenia con Azerbaiyán "por un pedacito de tierra, porque no es gran cosa". 

También habló de la cercanía de la Iglesia Católica con la Iglesia Apostólica Armenia y del Concilio Panortodoxo que se está celebrando en Creta. Negó algunos rumores sobre el Papa Benedicto XVI y habló sobre su decisión de hacer investigar con una comisión el papel de las diaconisas en la Antigüedad, aunque señalando que "mucho ya se estudió en los años 80" y mostrándose molesto porque la prensa hablase de abrir la puerta a la ordenación. 

Presentamos a continuación el diálogo completo con los periodistas en el avión de vuelta de Armenia: 


-Empezamos por el futuro y luego vamos al pasado. Espero para este pueblo la justicia y la paz y rezo por esto porque es un pueblo valiente y rezo para que encuentre la justicia y la paz. Sé que muchos trabajan por esto y también me alegró cuando vi la semana pasada una fotografía del presidente Putin, con los dos presidentes armenio y de Azerbayán. Al menos hablan, también con Turquía.

»El Presidente de la República en el discurso de bienvenida ha hablado claro y ha tenido el coraje de decir: “Pongámonos de acuerdo, perdonémonos y miremos al futuro”. Este es un gran aliento para un pueblo que ha sufrido mucho.

»El ícono del pueblo armenio, me ha venido a la mente mientras rezaba un poco hoy, es una vida de piedra y es una ternura de madre. Ha portado cruces, pero cruces de piedra. También se ve, pero no ha perdido la ternura, el arte, la música, aquellos tonos, muy difíciles de entender y con gran genialidad.

»Un pueblo que ha sufrido mucho en su historia y solo la fe lo ha mantenido en pie porque el hecho de que sea la primera nación cristiana, esto no es suficiente. Ha sido la primera nación cristiana porque el Señor la ha bendecido porque ha tenido santos, ha tenido obispos santos, mártires y por esto ha hecho resistencia con piel de piedra, digamos, pero no ha perdido la ternura de un corazón materno. Armenia también es madre. Esta fue la segunda pregunta, vamos ahora a la primera.

»Sí, he tenido contacto con los armenios: iba con frecuencia donde ellos, a sus Misas, tengo muchos amigos armenios. Una cosa que habitualmente no me gusta hacer para descansar, pero iba a cenar con ellos. Y ustedes hacen cenas pesadas. Pero era muy amigo, muy amigo, del Arzobispo Kissag Mouradian, el apostólico, y de Boghossian, católico. Pero entre ustedes, es más importante que la pertenencia a la iglesia apostólica o a la Iglesia católica es la “armenidad” y esto lo he entendido en esos tiempos. Hoy me ha saludado un argentino de familia armenia que cuando iba a las Misas siempre el Arzobispo lo hacía sentarse cerca de mí para que me explicara algunas ceremonias, algunas palabras que no entendía.


-Hablaré para servir a la verdad, de lo que he visto y de lo que escucho y también los alentaré. Me he encontrado con el presidente azerí y he hablado con él. Diré que no hacer la paz por un pedacito de tierra -porque no es gran cosa- significa algo oscuro, pero eso es algo que le digo a todos, a los armenios y los azeríes. Tal vez no se ponen de acuerdo sobre las modalidades de hacer la paz y sobre esto se debe trabajar. Pero diré que al momento me viene en el corazón, pero siempre en positivo, buscar soluciones que sean viables, que vayan adelante.

[El enclave de Nagorno-Karabaj, causa del conflicto, es una zona del tamaño de la Región de Murcia de cultura y lengua armenia con unos 150.000 habitantes. Nota de ReL].


- En Argentina cuando se hablaba del exterminio armenio, siempre se usaba la palabra genocidio. Yo no conocía otra. En la Catedral de Buenos Aires, en el tercer altar a la izquierda pusimos una cruz de piedra recordando el genocidio armenio, y vino el arzobispo, los dos arzobispos armenios, el católico y el apostólico, cuando se inauguró. También el arzobispo católico en la iglesia católica de San Bartolomé, hizo un altar en memoria de San Bartolomé. Yo no conocía otra palabra. Yo vengo con esta palabra. Cuando llego a Roma escucho otra palabra: “El Gran Mal” o “la tragedia terrible”, pero en armenio, que no se decirla... y me dicen que aquella es ofensiva, aquella del genocidio, y que se debe decir esta.

»Yo siempre he hablado de tres genocidios del siglo pasado, siempre tres: el primero el armenio, luego el de Hitler y por último el de Stalin. Los tres.
Hay otro en África, pero, en la órbita de las dos grandes guerras están estos tres… He preguntado por qué pero algunos sienten que no es verdad, que no ha sido un genocidio. Un abogado me ha dicho esto que me ha interesado mucho: la palabra “genocidio” es una palabra técnica, es una palabra que tienen una tecnicidad que no es sinónimo de “exterminio”. Se puede decir exterminio pero decir genocidio comporta acciones de reparación… esto me ha dicho el abogado. 

»El año pasado, cuando preparaba el discurso, vi que San Juan Pablo II usaba las dos palabras: El Gran Mal y genocidio, y las he citado entre comillas, y no cayó bien. Hubo una declaración del gobierno turco. Turquía en pocos días llamó a Ankara al embajador, que es un buen hombre, un embajador de lujo, que ha vuelto hace dos o tres meses, “un ayuno de embajador”, pero es un derecho a la protesta y lo tenemos todos.

»En este discurso al inicio no estaba la palabra. Es cierto. Respondo por qué la he agregado. Después de escuchar el tono del Presidente y también con mi pasado de esta palabra, y tras haber dicho esta palabra también el año pasado en San Pedro públicamente, habría sonado muy extraño no decir lo mismo al menos. Pero allí yo quería subrayar otra cosa y creo, si no me equivoco, que he dicho: “En este genocidio como en los otros dos, las grandes potencias internacionales miraban a otra parte”. Y esta ha sido la acusación.

»En la Segunda Guerra Mundial algunas potencias tenían las fotografías de las ferrovías que llevaban a Auschwitz, tenían la posibilidad de bombardearlas y no lo han hecho. Por ejemplo, en el contexto de la Primera Guerra estaba el problema de los armenios y en el contexto de la Segunda Guerra, donde hubo el problema de Hitler y Stalin, después de Yalta y todo aquello de lo que nadie habla, se debe subrayar todo esto y se debe hacer la pregunta histórica: ¿Por qué no han hecho esto? ustedes potencias. No acuso, es una pregunta. Es curioso, se miraba a la guerra pero no al pueblo.

»No sé si es cierto pero me gustaría saber si es verdad que cuando Hitler perseguía tanto a los judíos una de las palabras que él habría dicho es: “pero quién recuerda a los armenios, hagamos lo mismo con los judíos”. No sé si es verdad, tal vez una cosa de esas que se dicen, pero he escuchado decir esto. Que los historiadores busquen y vean si es cierto. Pero esta palabra nunca fue dicha con ánimo ofensivo sino que ha sido algo dicho objetivamente.

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- Hubo una época en la Iglesia que hubo tres (en español) [risas; Francisco se refiere al Cisma de Occidente, que en 1410 enfrentaba a tres Papas, cada uno con sus cardenales y apoyos: Gregorio XII, Juan XXIII y el español Benedicto XIII, el Papa Luna; nota de ReL].. No he leído las declaraciones porque no he tenido tiempo de ver estas cosas. Benedicto es Papa Emérito. Él ha dicho claramente aquel 11 de febrero que daba su dimisión a partir del 28 de febrero que se retiraba a ayudar a la Iglesia con la oración. Y Benedicto está en el monasterio rezando: yo he ido a encontrarlo muchas veces o al teléfono. El otro día me escribió una carta con aquella firma suya, dándome algunas felicitaciones por este viaje, y una vez, no una vez sino varias veces, he dicho que es una gracia tener en casa al abuelo sabio. También se lo he dicho en su cara y él se ríe, pero él es para mí el Papa Emérito, es el abuelo sabio, es el hombre que me custodia la espalda con su oración.

»Pero no olvido aquel discurso que nos dio a los cardenales, el 28 de febrero: “Entre ustedes seguro está mi sucesor. Prometo obediencia” y lo ha hecho. Luego he escuchado, pero no sé si sea cierto, esto. Lo subrayo, he escuchado, tal vez sean dichos, pero van bien con su carácter, que algunos han ido allá a lamentarse por este nuevo Papa, y los ha ahuyentado, con su mejor estilo bávaro, educado, pero los ha ahuyentado. Si no es cierto está bien dicho porque este hombre es así, es un hombre de palabra, un hombre recto, recto, recto. 

»Es el Papa Emérito. Además, no sé si usted recuerda que he agradecido públicamente, no sé cuándo, creo que fue en un vuelo, a Benedicto por haber abierto la puerta a los Papas eméritos. Hace 70 años no existían los obispos eméritos y hoy hay… pero con este alargamiento de la vida se puede regir una iglesia a esta edad, con achaques o no? Y él con coraje, con oración y también con ciencia, con teología ha decidido abrir esta puerta y creo que esto es bueno para la Iglesia. Pero hay un solo Papa y el otro… o tal vez habrá como los obispos eméritos, no digo muchos pero tal vez pueda haber dos o tres. Serán eméritos, han sido, son eméritos.

»Pasado mañana se celebra el 65 aniversario de su ordenación episcopal, perdón, sacerdotal. Estará su hermano Georg porque los dos fueron ordenados juntos. Habrá un pequeño acto con los jefes de los dicasterios y poca gente porque él prefiere una cosa modesta. También estaré yo y diré algunas cosas a este gran hombre de oración, de coraje, que es el Papa Emérito y no el segundo Papa. Él es fiel a su palabra y es un hombre de Dios, muy inteligente y para mí es el abuelo sabio en casa.


- Tengo un juicio positivo. Ha sido un paso adelante, no del 100% pero un paso adelante. Las cosas que han justificado, entre comillas, son sinceros entre ellos, son cosas que con el tiempo se pueden resolver. Pero que ellos mismo, estos cuatro que no han ido [se refiere a Rusia, Antioquía, Bulgaria y Georgia, que han rechazado acudir al Concilio ortodoxo; nota de ReL], quieran ir un poco más adelante.

»Creo que el primer paso se da como se puede, como los niños: dan el primer paso y luego lo hacen como pueden, primero lo hacen como los gatos y luego los primeros pasos. Yo estoy contento. Han hablado de muchas cosas. Creo que el hecho es positivo, el solo hecho que estas iglesias autocéfalas se hayan reunido en nombre de la ortodoxia para mirarse a la cara, para rezar juntos y para hablar y tal vez decirse algunas cosas, eso es positivísimo. Yo agradezco al Señor. En el próximo habrá más. Bendito sea el Señor.

[A continuación, se le preguntó por el Brexit: léalo aquí]


- Yo creo que las intenciones de Martín Lutero no eran equivocadas, era un reformador. Tal vez algunos métodos no eran los justos, pero en ese tiempo... Si leemos por ejemplo la historia de Pastor, un obispo alemán, que se convirtió cuando vio la realidad, se hizo católico... En ese tiempo la Iglesia no era un modelo de imitar, había corrupción en la Iglesia, había mundanidad, el apego al dinero, al poder, y por esto él protestó.

»Él era inteligente, ha hecho un paso adelante justificando el porqué lo hacía, y hoy luteranos y católicos, protestantes, todos, estamos de acuerdo con la doctrina de la justificación, en este punto tan importante él no se ha equivocado.

»Pero él ha hecho una medicina a la Iglesia, y luego esta medicina se ha consolidado en un estado de cosa, en un estado de disciplina, en una forma de creer, de hacer, en un modo litúrgico. Y además no estaba solo, estaba Zwinglio, estaba Calvino, cada uno distinto al otro. Y detrás de ellos, ¿quienes estaban? Los príncipes.

»Debemos meternos en la historia de ese tiempo. Es una historia no muy fácil de entender y luego fueron avanzando las cosas, hoy el diálogo es muy bueno, ese documento sobre la justificación creo que es uno de los documentos ecuménicos más ricos, más profundo, existen divisiones, dependen también de las Iglesias. 

[Se refiere a la Declaración Conjunta católico-luterana sobre la Doctrina de la Justificación de 1999, firmada por muchas autoridades luteranas y vaticanas]. 

»En Buenos Aires había dos iglesias luteranas, una pensaba de un modo, tampoco hay unidad en la misma iglesia luterana. Pero se respetan, se aman, la diversidad es aquello que tal vez ha hecho tanto mal a todos y hoy buscamos retomar el camino para encontrarse después de 500 años. Yo creo que debemos rezar juntos, rezar. Por esto la oración es importante.

»Segundo, trabajar por los pobres, por los perseguidos, por tanta gente, los prófugos, tanta gente que sufre. Trabajar juntos, orar juntos y que los teólogos estudien juntos buscando. Este es un camino largo, larguísimo.

»Una vez buscando he dicho, yo sé cuándo será el día de la plena unidad, ¿Cuál? el día después de la venida del Hijo del Hombre, porque no se sabe, el Espíritu Santo hará la gracia, y mientras tanto, orar, amarse y trabajar juntos. Sobre todo por los pobres, por las personas que sufren por la paz y tantas cosas por las que se está trabajando en conjunto.


- Hubo un presidente en Argentina que aconsejaba a otros presidentes de otros países: que cuando tú quieres que una cosa no se resuelva crea una comisión (risas)... El primero que ha estado sorprendido por esta noticia he sido yo, porque el diálogo con las religiosas que se ha registrado y luego publicado en L'Osservatore Romano era sobre otra cosa sobre esta línea... “nosotras hemos escuchado que en los primeros siglos había diaconisas, se podría estudiar sobre esto, o se podría hacer una comisión”... nada más me han preguntado, han estado educadas, pero no sólo educadas, aman a la Iglesia, son mujeres consagradas.

»Yo he contado que conocía un teólogo sirio que ha muerto, el que ha hecho una edición crítica al italiano sobre San Efrén, y una vez hablando de las diaconisas, cuando venía y me hospedaba en vía della Scrofa, él vivía ahí, y en el desayuno hablando... pero si...  no sé bien qué cosa era la ordenación...

»Ciertamente existían estas mujeres que ayudaban al obispo y ayudaban en tres cosas: primero, en el bautizo de las mujeres, porque era bautismo por inmersión. Segundo, en la unción, pre y post-bautismal de la mujer. Y luego -esto da risa- porque había la mujer que iba al obispo a lamentarse porque el esposo le pegaba, el obispo llamaba a estas diaconisa para que vea el cuerpo de la mujer y encontrara indicios que probaban estas cosas... He dicho esto… pero ¿se puede estudiar? Sí, yo diría a la [Congregación de la] Doctrina de la Fe que se haga esta comisión.

»Al día siguiente: “La Iglesia abre la puerta a las diaconisas”... De verdad, me he molestado un poco con los medios. Esto no es decir la verdad de las cosas a la gente. 

»He hablado con el Prefecto de la Doctrina de la Fe y me ha dicho: “Mire que hay un estudio que ha hecho la Comisión teológica internacional en los años ochenta”. Luego he hablado con la presidenta y le he dicho si por favor me puede hacer llegar una lista de gente que ella crea que yo pueda tener para formar esta comisión, y me envió la lista, también el Prefecto me ha enviado la lista y ahora los tengo sobre mi escritorio para hacer esta comisión, pero yo creo que se ha estudiado tanto sobre el tema en la época de los ochenta que no será difícil tener una luz sobre este argumento.

»Pero hay otra cosa. Hace un año y medio yo hice una comisión de mujeres teólogas que han trabajado con el Cardenal Rylko y han hecho un buen trabajo, porque es muy importante el pensamiento de la mujer. Para mí la función de la mujer no es tan importante como el pensamiento de la mujer en la Iglesia. la mujer piensa de otro modo que nosotros los hombres, y no se puede tomar una decisión buena y justa sin escuchar a las mujeres.

»Yo, de vez en cuando, en Buenos Aires, hacía una consulta a los consultores sobre un tema, y luego hacía venir a algunas mujeres. Ellas veían las cosas con otra luz… y luego la solución era muy fecunda, muy bella. Debo encontrar estas mujeres teólogas que han hecho un buen trabajo pero que luego se ha parado porque el dicasterio para los laicos cambia ahora y se rehace. Yo espero un poco que se haga para continuar este segundo trabajo. 

»Y otra cosa de esto de las mujeres teólogas... pero aquello que quisiera subrayar es más importante, el modo de entender, de pensar, de ver las cosas de la mujer, que la funcionalidad de la mujer. Y repito eso de siempre, la Iglesia es mujer, es la Iglesia, y no es una mujer solterona, es una mujer casada con el Hijo de Dios, su esposo es Jesucristo.

[Después se planteó la pregunta sobre los homosexuales a raíz de la matanza de Orlando. Puede leerse aquí la respuesta del Papa]. 


- No me meta en dificultades (risas)


- Hace dos años en la Redipuglia (Italia) hice lo mismo al conmemorar el centenario de la gran guerra. A Redipuglia, fui en silencio, luego fue la Misa, en la Misa hice una prédica pero era otra cosa. El silencio… hoy, hemos visto esta mañana el silencio, ¿fue hoy? ayer, he visto este silencio. Quisiera ir a ese lugar de horror, sin discursos y sin gente, solo con los que sean necesarios. Pero los periodistas seguro si estarán ahí. Pero sin saludar a este y a otro, no, no, solo entrar, rezar y que el Señor me dé la gracia de llorar. Gracias por su trabajo y por su benevolencia.